29/6/09

ELECCIONES 2009 - LA DERROTA DEL PINGUINO

El país se corrió al centro:
Macri, Reutemann y Cobos en la grilla del 2011

Fuerte derrota de Néstor Kirchner que perdió hasta en Santa Cruz. Cayó el gobierno en todos los distritos grandes: Buenos Aires, Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. El mensaje no pudo ser más claro. La elección coloca en la grilla de los presidenciables a Macri, Reutemann y Cobos. Salieron lastimados Elisa Carrió y Daniel Scioli.
Autor: Ignacio Fidanza

Néstor Kirchner se encaminaba esta noche a sufrir la peor derrota de su vida política. No sólo caía su propia candidatura frente a un hombre que recién comienza en la política –íntimamente subestimado por el kirchnerismo-, sino que también recibía un impensado revés en su propio feudo, Santa Cruz.

La delicada situación de Elisa Carrió y Daniel Scioli.

En Santa Fe su más emblemática espada parlamentaria, Agustín Rossi, apenas alcanzaba un lejano cuarto lugar y no llegaba al 10 por ciento. Y en Córdoba. Casi como un calco, la lista del kirchnerista Eduardo Acastello apenas superaba los 9 puntos.

Es decir que en cada lugar que el kirchnerismo jugó claramente con sus colores, recibió un rechazo profundo. No hay vueltas. El tan anunciado fin de ciclo, finalmente llegó.

El resultado abre la puerta para la carrera que se jugaba detrás de esta legislativa. La presidencial del 2011 ya tiene algunos candidatos en la grilla de largada. El primero en anotarse fue el vicepresidente Julio Cobos que ganó por más de 20 puntos en Mendoza al candidato del gobernador kirchnerista Celso Jaque.

Luego se sumó sobre el final, revirtiendo una elección que todos los sondeos de las últimas semanas le daban por perdida, manteniendo el suspenso hasta después de la 1.30, el santafesino Carlos Reutemann, que sobre la hora le sacó una luz de ventaja al socialista Rubén Giustiniani y en el mismo acto dejó fuera de pista a otro presidenciable: el gobernador Hermes Binner.
Reutemann aparece así como el hombre de recambio natural del peronismo y el estabishment económico y mediático, que hace años clamaba por una opción de centro que les garantice gobernabilidad, además de afinidad ideológica.

El triunfo sobre la meta del senador santafesino no deja de empañar lo que hasta ese momento era una jornada perfecta para otro de los ganadores de la fecha: Mauricio Macri, que ganó muy bien su distrito y logró que su aliado bonaerense derrotara nada menos que a Néstor Kirchner. El jefe de Gobierno porteño, como máximo líder de ese espacio, se proyecta así como un presidenciable de peso. Habrá que ver si Macri logra mantener su alianza con dos actores que han sumado peso específico como Francisco de Narváez y Felipe Solá. Sus aliados mantienen lazos con el peronismo y de aquí al 2011 podrían acercarse a Reutemann –juntos o separados, uno de ellos o los dos- si no liman sus diferencias programáticas y hasta de estilo y respeto de la palabra acordada, que los hicieron protagonizar fuertes cortocircuitos durante la campaña, hoy piadosamente tapados por el éxito.

En Capital la performance de Gabriela Michetti con poco más del 30%, si bien distó de las tal vez exageradas proyecciones iniciales que la ubicaban cerca del 40%, no deja de consolidar un fuerte espaldarazo a favor del gobierno porteño. Se podría recordar que hace menos de dos años, Macri y Michetti se impusieron en la primera vuelta con el 44% de los votos. Pero no sería justo comparar esta elección legislativa que abre el abanico y permite diversificar el voto, con aquella que disputó un cargo ejecutivo y naturalmente lo concentra.

El fenómeno de Pino Solanas no debería desorbitar el ego del cineasta, ya al igual que sucedió con Francisco de Narváez, quedará para la sintonía fina de los sociólogos, auscultar en los próximos días hasta que punto se trató de un magnetismo personal y hasta donde no fueron los felices beneficiarios de cierto voto peronista y progresista enojado con Kirchner. Es decir, pasar de la categoría de revelación política a líder de una fuerza política que se transforme en alternativa de poder no es tarea fácil ni lineal.

En ese sentido, el ejemplo de Elisa Carrió es elocuente. Acaso sea una de las dirigentes que con más valentía y anticipación enfrentó a los Kirchner. Que más claramente vio lo que se traían bajo el brazo y no tuvo empacho en denunciarlo, cuando muchos de sus actuales aliados de la UCR se abrazaban al entonces presidente, porque gozaba de una arrolladora popularidad.

Pero la política puede ser ingrata –o administrar una lógica no lineal-, que en esta elección sacó del tablero del 2011 a Carrió, con la misma rapidez que reposicionó a dos de sus más enconados rivales: Macri y Cobos.

Un destino igual de incierto parece aguardar a Daniel Scioli, quien aspiraba a un triunfo ajustado de Néstor Kirchner para liberarse de su yugo y comenzar su camino hacia el 2011. Ahora, este escenario de derrota no sólo complica esa aspiración sino también algo mucho más cercano, la administración bonaerense.

Es que en la legislatura provincial ya no gozará de una mayoría holgada y el operativo que había iniciado para recuperar a los peronistas disidentes enojados con De Narváez, entró en zona de interrogante. Se sabe que si hay algo que caracteriza a los peronistas es su predisposición a salir en auxilio del triunfador.

Como sea esta elección está posicionando al menos dos candidatos por el espacio neo peronista: Mauricio Macri y Carlos Reutemann; y uno por el panradicalismo: Julio Cobos. Y con el mismo filo lastimó a dos postulantes que cada uno por su lado, venían sonando fuerte para el 2011: Scioli y Carrió.

Acaso el gobernador bonaerense se haya inflingido un severo daño político –innecesario- al sumarse a la estrategia “testimonial” de Kirchner. Mismo error que lo llevó a acompañar linealmente a la Casa Rosada en la pelea con el campo, cuando está claro que no era ese un lugar en el que estaba cómodo. Así, Scioli quedó subsumido en el kirchnerismo por propia opción y se diluyó su oportunidad de ofrecerse al electorado como opción natural para un giro del peronismo al centro, lugar que ahora pertenece a Reutemann.

Es que si hay algo en lo que coinciden los ganadores de este domingo, es en su apelación al medio tono, su apego al sentido común y un rechazo casi visceral a ideologizar los crecientes problemas que enfrenta el país. Esos que no saben de elecciones y que mañana volverán a saludarnos.

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