LA ULTRADERECHA EUROPEA GANA IMPULSO
Luisa Corradini Corresponsal de LA NACION en Francia
PARIS.- La gran sorpresa de las elecciones europeas del 4 al 7 de junio podría ser el avance de la extrema derecha que, empujada por la crisis económica y una abstención sin precedente, gana terreno incluso en aquellos países que parecían vacunados contra la tentación totalitaria, como Gran Bretaña.
Las formaciones extremistas podrían superar holgadamente los 50 escaños que poseen actualmente, según los últimos sondeos.
De República Checa a Austria, de Gran Bretaña a Bulgaria, los partidos de extrema derecha parecen tener excelentes oportunidades de llegar o de aumentar su presencia en el hemiciclo europeo después de las elecciones de la semana próxima. En un contexto de crisis económica y dramático desempleo, neonazis, populistas, islamófobos, antieuropeos y nacionalistas azuzan las angustias y el descontento para ganar votos. La estrategia -que parecería dar resultados- incluye la denuncia a la globalización, de la cual la Unión Europea (UE) es señalada como única responsable.
En Austria, la propaganda electoral del Partido para las Libertades (FPÖ) reivindica abiertamente "Occidente para los cristianos". Tercera fuerza política del país desde las legislativas de 2008, el FPÖ podría conseguir hasta el 19% de los votos (contra 6,3% en 2004). Es decir, tres eurodiputados sobre los 17 que tiene Austria.El otro movimiento ultra, la Alianza para el Futuro (BZÖ) obtendría un escaño.
En República Checa, los neonazis del Partido Obrero, violentamente antigitanos, han llegado a proponer un proyecto de "solución final" para esa comunidad. En Bulgaria, el partido Ataka hizo campaña con la consigna "No a Turquía en Europa" y espera conseguir cuatro escaños. Por su parte, el Partido de la Gran Rumania, con su eslogan "Los cristianos y patriotas para librar al país de los ladrones", buscan conseguir un escaño. Milicias en Budapest
En República Checa, los neonazis del Partido Obrero, violentamente antigitanos, han llegado a proponer un proyecto de "solución final" para esa comunidad. En Bulgaria, el partido Ataka hizo campaña con la consigna "No a Turquía en Europa" y espera conseguir cuatro escaños. Por su parte, el Partido de la Gran Rumania, con su eslogan "Los cristianos y patriotas para librar al país de los ladrones", buscan conseguir un escaño. Milicias en Budapest
Con 5% de intención de voto, los ultranacionalistas del partido Jobbik, de Hungría, podrían enviar un representante al Parlamento Europeo (PE). Su jefe, Gabor Vona, es el fundador de la temible Guardia Magyar, milicia paramilitar cuyos miembros usan uniforme y desfilan por las calles en las ceremonias nacionales.
"Las elecciones de la década de 1930 nos demostraron que, si no se controla una crisis económica y social, puede convertirse en abono de movimientos radicales", advirtió el nuevo primer ministro húngaro, Gordon Bajnai.
Esa tendencia creciente al ultranacionalismo se registra sobre todo en varios países de Europa del Este miembros de la UE y cuyas economías sufrieron el impacto de la crisis tras algunos años de firme crecimiento.
Pero las formaciones populistas también están bien implantadas en los países desarrollados del bloque. Si en Holanda hoy hubiera elecciones parlamentarias, la extrema derecha obtendría 30 bancas de las 150 del Parlamento, según los sondeos. Dirigido con mano de hierro por el líder racista Geert Wilders, el Partido por la Libertad (PW) se lanzó a la batalla europea con la intención de conseguir por lo menos tres escaños. Pero Wilders ya anunció que no piensa poner un pie en el hemiciclo en caso de victoria. El hombre que desencadenó un escándalo continental al comparar el Corán con Mi lucha, de Adolf Hitler, milita por la disolución del PE y acusa a la UE de ser responsable de la "islamización catastrófica" del Viejo Continente.
Lo mismo sucede en Finlandia, donde Timo Soini, el jefe del partido True Finns, logró convertirse en el candidato más conocido de la campaña europea, después de obtener 5,4% en las elecciones locales en 2008.
Con el lema "los empleos británicos para los trabajadores británicos" o "luchemos contra la amenaza islámica", el British National Party (BNP) espera obtener la semana próxima el mejor resultado de su historia. "Las cosas se presentan muy bien para nosotros", afirma Nick Griffin, líder de la principal formación política de extrema derecha británica a la que sólo pueden adherir los blancos.
Durante la campaña, Griffin no ha dejado de acusar "al establishment británico: esos hombres corruptos, esos cerdos que sólo utilizan la nariz para buscar trufas".
EL BNP, sin diputados en Westminster, obtuvo 0,7% de los votos en las elecciones parlamentarias británicas de 2005. Sin embargo, a nivel local duplicó sus representantes en las municipales de 2008 al pasar de 20 a 46 (sobre un total de 21.000). En las elecciones europeas de 2004, el BNP había obtenido 7% de los sufragios en circunscripciones marginales.
No obstante, para algunos expertos, sigue siendo muy difícil cuantificar el impacto de las actuales campañas extremistas en las urnas. Para el sociólogo belga Pascal Delwit, por ejemplo, "gran parte del electorado de extrema derecha nunca se moviliza en las elecciones europeas".
Las encuestas indican que sólo un tercio de los 375 millones de electores europeos de 27 países irá a votar. Eurobarómetro, el sistema de investigación de la UE, indica a su vez que la abstención podría superar incluso el récord histórico de 55% registrado hace cinco años. El Europarlamento, de 785 escaños, tiene y ejerce competencias legislativas, presupuestarias y de control democrático.
En cualquier caso, los sondeos prevén que los conservadores agrupados en el Partido Popular Europeo (PPE) serán los ganadores de la elección y conservarán la mayoría, seguidos por los socialistas y los liberales.
Fuente. La Nación
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