SIN LOS MILITARES NO SABEN QUE HACER
En muchos de mis escritos he reiterado que nuestro país no es un país que tenga una vocación democrática, por el contrario, sostengo que los argentinos, por nuestra forma de ser, por nuestra cultura, nuestra historia, etc., somos bastante autoritarios y siempre privilegiamos a los hombres por encima de las instituciones.Y los ejemplos que avalan este pensamiento están a la vista.
Desde 1983, que se reinstauró la democracia en la Argentina, absolutamente todos los gobernantes han privilegiado su protagonismo en detrimento de las otras instituciones. Todos se apuraron por conformar una Corte Suprema de Justicia a su medida y todos no vacilaron un instante para comprar voluntades en el Congreso.
Desde 1983 a la fecha, siempre, antes de que los presidentes hayan concluido su mandato, por diferentes motivos, se instaló en la sociedad argentina el concepto de que no iban a poder terminarlo y hasta se hablaba sobre cómo sería la sucesión. Ocurrió con Alfonsín, Menem, De La Rúa, Kirchner, y actualmente ocurre lo mismo con la compañera de este último.Y repito, esto se da así porqué así piensa el argentino.
Cuando un gobierno pierde consenso, lo primero que se dice es: “este no termina”.
Esta es la realidad argentina. Hasta 1983 había una rutina política en la que cumplían un rol fundamental los militares, pues el golpe de estado era lo que aseguraba el recambio cuando la gente se hartaba de los que estaban en el gobierno.
En el 2001 como ya no había espacio político para los militares, se inventó un nuevo estilo de golpe que fue el conflicto social.
Luego vino Kirchner que hizo una excelente lectura de lo que pasó con De La Rúa y se dijo: “a mi no me va a pasar lo mismo” y acto seguido comenzó a conformar un ejército en las sombras, reclutando por medio del clientelismo a la tropa piquetera que habría de conformarlo.
Y hoy en pleno 2009 que tampoco están los militares, la oposición no sabe cómo sacar a la pareja presidencial.
En efecto, los Kirchner el 28 de junio perdieron las elecciones y todos pensaron que estaban liquidados. Sin embargo, apoyados en su autoritarismo y en su ejército piquetero, trocaron la derrota en victoria y desde entonces hasta ahora han hecho cuanto les vino en ganas.
La respuesta de la oposición prácticamente no existe, porque no sabe qué hacer. Ya no tiene a los militares ni tampoco puede apelar al conflicto social porque el Kirchnerismo ya se preparó y se armó para enfrentarlo.
Como se ve el panorama no es muy alentador, y encima ahora todos apuestan a llegar al 10 de diciembre como si ese día fuese el punto de inflexión en la política argentina. Por supuesto que esta posibilidad ya fue analizada por Kirchner y todo parece indicar que, lamentablemente, para dirimir su poder conducirá al país a una confrontación que hoy parece inevitable.
¡Por Dios y por la Patria!
Autor: Hugo Reinaldo Abete Ex Mayor E.A. -
Aparecido en Red Patriotica Argentina
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