LOS INGENIEROS DE DEMOLICIÓN
Como sabemos, el sucesor del histriónico Lic. Santiago Montoya, Martín Di Bella, lanzó en mi ciudad, Mar del Plata, el operativo de verano “Arba Cerca”, que se desarrolla en las principales localidades turísticas de toda la Provincia. El inexperto Di Bella destacó que el principal objetivo es “contribuir y facilitar el pago de impuestos para mejorar la cultura tributaria de los contribuyentes”. (1)
Para ello, la Agencia optimizó los recursos tecnológicos (2) que permiten el pago de cualquier impuesto en los móviles destacados en playas y sierras de la Provincia. Mediante tarjeta de crédito, débito o efectivo, los contribuyentes provinciales pueden cumplir con sus obligaciones tributarias aun estando de vacaciones. (3) Este servicio, que funciona de 9 a 13 y de 17 a 21, se complementa con las terminales de autoconsulta instaladas en cada centro turístico, que permiten conocer en pocos minutos el estado de deuda de los impuestos Inmobiliario, Automotor y de Ingresos Brutos.
El titular de la Agencia recorre, a la fecha, los distintos puntos donde Arba concentra sus esfuerzos para simplificarle al contribuyente (4) el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y así evitar la evasión impositiva durante la temporada. Además, entre las acciones previstas, figuran los operativos de notificación “multimpuesto”, de los Impuestos Automotor, Inmobiliario e Ingresos Brutos, controles “puerta a puerta” y “Punto Fijo” en comercios, y los Controles de Mercadería en Tránsito, que verifican que todos los cargamentos que circulen por la Provincia cuenten con la documentación que respalda el transporte de los productos de acuerdo con lo que exige la documentación vigente. También los agentes que recorren los centros turísticos brindan asesoramiento respecto de los vencimientos del calendario fiscal, especialmente sobre los impuestos Inmobiliario, Automotor, Arbanet e Ingresos Brutos. Ahora bien, analizaré los puntos 1, 2, 3 y 4 de la reseña previa, totalmente ridícula.
Punto 1) ¿De qué cultura tributaria habla este señor? Quisiera saber cuáles son sus antecedentes certeros en cuanto a lo que significa un procedimiento administrativo bien estructurado, que es lo único que nos puede garantizar paz y seguridad jurídica. Asimismo, si este sujeto cree que facilita la recaudación, lo invito a que haga una caminata conmigo por la calle Rivadavia y verá qué bien recibido será por los comercios a los que la incordiosa ¡ARBA hizo mucho daño y puedo probarlo! De no ser por mí, el propietario de un prestigioso local de ropa de Surf habría asesinado a 3 inspectores inexpertos, que ni ellos sabían para qué estaban contratados.
Punto 2) ¿Recursos tecnológicos? No pongo una guarangada por el prestigio de este medio de prensa, pero no pueden ser tan mentirosos; la base de datos de la ex DPR es menos fidedigna que los discursos de Boudou o Moreno, y ello ya es bastante. Reclaman dos veces lo mismo, años prescriptos, y por si alguien no lo sabe, ¡gran parte de los datos son manuales, sí manuales, por Dios!
Punto 3) Es lo más ridículo que he visto en la última década. Usted, señor lector, ¿se imagina la escena de un turista tomando sol y pagando Ingresos Brutos, por ejemplo?… ¿Qué debe hacer éste? ¿Viajar con su contador o, en subsidio, ir al balneario con sus biblioratos, con sus DD.JJ. y pagos de impuestos, cuya recaudación está a cargo de la Autoridad de Aplicación? A decir verdad, para estas cosas estaba el Lic. Montoya, pero a Usted, Di Bella, no le “calza”, no tiene el perverso estilo del legendario Montoya. ¡Lo suyo es una mala copia!
Punto 4) ¿Simplificar al contribuyente? Lo enloquecen, ya que van inspectores contratados que no entienden absolutamente nada. Intercepté a una señorita por la calle y le pregunté por qué razón se violaba el secreto fiscal, inserto en el Código ritual de ARBA, y ¡no sabía de qué le hablaba! Como esas podría enumerar cientos, ya que estuve todo enero en Mar del Plata, por exclusiva culpa del señor Di Bella, que puso en “pie de guerra” a toda, absolutamente toda la ciudad, pero claro, la prensa eso no lo pone.
No vale la pena seguir, ya que no seré el único que le pedirá la renuncia. Sí puedo asegurar que, si el fin justifica los medios, no nos jactemos de ser un país democrático.
Autor: Alejandro Lehrmann
No hay comentarios:
Publicar un comentario