El proyecto de Marcó del Pont
Para que Kirchner pueda avanzar sobre las reservas
Lo presentó en 2007, cuando era diputada nacional, y fue rechazado por Martín Redrado. Propone agregarle al Banco Central el rol de sostener el nivel de actividad y empleo, en coordinación con el Poder Ejecutivo. Cristina Kirchner lo defendió esta tarde, y lo impulsará para esta nueva etapa.
Mercedes Marcó del Pont, la candidata oficial para presidir el Banco Central, fue la autora del proyecto de ley para modificar las funciones de ese organismo establecidas en el artículo tercero de su Carta Orgánica que el Gobierno tomará como modelo para la nueva etapa que se abre con la salida de Martín Redrado.
El objetivo principal del proyecto fue quitarle al Banco Central la autonomía del Poder Ejecutivo que le concede la ley que lo regula, sancionada en 1992, y agregarle a la función central que tiene hasta ahora de conservar el valor de la moneda la de promover el empleo y la expansión de la economía.
El objetivo principal del proyecto fue quitarle al Banco Central la autonomía del Poder Ejecutivo que le concede la ley que lo regula, sancionada en 1992, y agregarle a la función central que tiene hasta ahora de conservar el valor de la moneda la de promover el empleo y la expansión de la economía.
El proyecto no prosperó entre otras cosas por la resistencia de Martín Redrado, quien el viernes al anunciar su renuncia abogó por la autonomía del Banco Central. “Hay que diferenciar entre quien imprime los billetes y quien los gasta”, simplificó, en clara oposición a las facilidades para controlar las reservas que, con estos cambios, podría hacer el matrimonio Kirchner.
Su antecesor y diputado de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay, crítico de su gestión, se expresó en el mismo sentido cuando recordó que los países con Bancos Centrales anexados a los Gobiernos son los más inflacionarios.
El debate se abrirá en las próximas semanas, y seguramente animará las primeras sesiones del Congreso. Consultada por este proyecto, esta tarde la presidenta defendió su contenido con fervor, y desechó con ironías cualquier posiblidad de que una cercanía operativa del Banco Central al Gobierno sea la excusa para que fondos buitres embarguen dinero de la casa monetaria en distintos lugares del mundo .
Las propuestas sobre el BCRA
Las propuestas de Marcó del Pont van en sentido contrario a los axiomas de Redrado, Prat Gay y un grueso de los economistas ortodoxos. Establece que debe preservar el valor de la moneda “de un modo consistente con las políticas orientadas a sostener un alto nivel de actividad y asegurar el máximo empleo de los recursos humanos y materiales disponibles, en un contexto de expansión sustentable de la economía”. O sea, expandiendo la demanda de los consumidores. Y le quita la hasta ahora independencia del Poder Ejecutivo, que hoy no deja margen a dudas, cuando establece que en la formulación y ejecución de las políticas monetaria, financiera y cambiaria, el Banco “no estará sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo nacional”.
La iniciativa que ahora el Gobierno impulsará en el Congreso señala que para esas tareas el Banco “coordinará su cometido con el Poder Ejecutivo”, aunque “sin estar sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones de este último respecto del manejo de los instrumentos de su competencia.
"En los fundamentos del Proyecto, Marcó del Pont dejó claro los objetivos que ya desde esa época pretendía para el organismo que ahora podría comandar por seis años. Recuerda que las actuales reglas de juego establecidas para el Banco Central están pensadas para un sistema de convertibilidad entre peso y dólar que sucumbió en 2001. “Este régimen de política económica prohibió al Banco Central todo financiamiento de las actividades estatales, y privó al sistema bancario de su rol tradicional como prestamista de última instancia”, cuestiona.Y considera “una paradoja entonces el hecho de que, para el cumplimiento de la tarea de "preservar el valor de la moneda", el Banco Central quedase privado -en tal contexto de política económica- de la mayor parte de los instrumentos usuales de política, más allá de los asociados a su rol de superintendencia de bancos en orden a preservar la salud del sistema financiero”.
En la explicación estima que “la independencia del Banco Central tiene su máxima legitimidad en el campo del análisis de sus opciones y del desarrollo de sus operaciones, sin interferencias de otras autoridades públicas ni de los intereses privados”. Pero alega que esto no debe implicar restringir su mandato a un único objetivo ni aislar la política monetaria del conjunto de las políticas”.
Fuente: La Política On Line
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