25/2/10

POLITICA - COMPLICADO ESCENARIO LEGISLATIVO

La nueva etapa
Polémica jugada en el Congreso
El Gobierno evitó una dura derrota
La "oportuna" ausencia de Menem
Gracias a la ausencia de Menem, dejó sin quórum la sesión del Senado en la que iba a perder el manejo de la mayoría de las comisiones

En un giro dramático e inesperado, el kirchnerismo evitó ayer una dura derrota legislativa al dejar sin quórum la sesión preparatoria en el preciso momento en el que una coalición de 36 senadores no oficialistas se aprestaban a adueñarse del control del Senado. La clave que le permitió al bloque del Gobierno prolongar la incertidumbre y frustrar a la oposición fue la ausencia del senador por La Rioja y ex presidente Carlos Menem.

"Como no tienen quórum y no tienen la mayoría de los 37 [senadores], nos vamos a retirar y a seguir discutiendo en otro momento", sentenció, poco después de las 17, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto (Río Negro), cuando ya se había asegurado la ratificación del bonaerense José Pampuro como presidente provisional del Senado. Acto seguido, los 32 legisladores que responden a la Casa Rosada se levantaron de sus bancas y dejaron sin quórum para votar y sin respuesta y en un virtual estado de shock político al mosaico de legisladores no oficialistas.

En esta maniobra, fue de vital importancia el aporte del neuquino Horacio Lores (MPN) y de los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz, que se habían retirado del recinto supuestamente ofendidos porque la oposición no los había tomado en cuenta para el reparto de las comisiones.
Sin Menem, la coalición integrada por radicales, peronistas disidentes y otras fuerzas menores se quedó sin los votos suficientes para imponer su criterio y quedarse con la mitad más uno de los miembros en las 25 comisiones permanentes del Senado, tal cual el acuerdo firmado por 36 legisladores.

La ausencia de Menem abre un gran interrogante sobre el funcionamiento del Senado, ya que sin su participación ninguno de los grandes bloques en que se ha dividido la Cámara tiene el número suficiente para iniciar una sesión.

En otras palabras, la jugada del oficialismo abre la puerta a una fuerte crisis institucional. Sin las comisiones integradas, el Senado sólo podrá funcionar en sesión de tablas (sin debatir temas en comisiones), y tanto oficialismo como oposición ratificaron que no están dispuestos a ceder en sus posturas, por lo que la Cámara alta quedaría en un virtual estado de parálisis.

Autor: Gustavo Ybarra

Menem jugó a las escondidas hasta última hora
El riojano había prometido estar en la sesión;
en el PJ disidente denuncian que fue presionado

"¡Lo apretaron, lo apretaron!", gesticulaba el salteño Juan Carlos Romero, serio y resignado. Lo escuchaban, sin entender del todo, el radical Gerardo Morales y el peronista Adolfo Rodríguez Saá, mientras la desolación comenzaba a ganar espacio en el recinto semivacío.

Apenas pasadas las 17, un rato después de que el oficialismo los dejara en una queja solitaria y sin quórum, los senadores opositores no podían dejar de preguntarse dónde estaba el ex presidente Carlos Menem, dueño del voto final que el conglomerado antikirchnerista necesitaba para derrotar al Gobierno y alzarse con la mayoría en las comisiones legislativas. El rumor sobre una presión nada sutil, ejercida por algún sector del oficialismo, fue la explicación elegida desde el peronismo disidente, que hasta anteayer daba por descontado que Menem llegaría a Buenos Aires desde La Rioja para sumarse a la mayoría opositora.

Rodríguez Saá habló con Menem el martes a la tarde. "Tranquilos, voy seguro; ya le avisé a Cobos", le habría dicho el riojano. Poco después se encendieron las alarmas. Menem dejó de responder las llamadas desde Buenos Aires. Cobos fue uno de los que intentaron, sin éxito, dar con Menem. La preocupación comenzó a extenderse por la mañana, a medida que la crucial sesión se acercaba.

En el bloque radical confiaban en las promesas del jefe del bloque de senadores del oficialismo, Miguel Pichetto (FPV-Río Negro), que había asegurado, en la reunión del mediodía, que el oficialismo daría quórum para la sesión. "Sin Menem, tenemos mayoría igual, no hace falta que venga", reflexionaba un integrante del bloque peronista disidente.

Al retirarse el bloque kirchnerista del recinto, comenzaron a circular por el Senado versiones contradictorias sobre su paradero. Se decía que Romero había ofrecido a Menem un avión privado para traerlo, argumento que fue desmentido a La Nacion por fuentes cercanas al ex gobernador de Salta.

Rodríguez Saá, que en teoría era el encargado de asegurar su presencia, deslindó responsabilidades. "¡Es un ex presidente, pregúntele a él!", respondió a La Nacion minutos después del abrupto final de la sesión. "No hablé con él, pero me aseguraron que en La Rioja estaba lloviendo y que eso dificultaba la salida del avión. No me consta", dijo el cinco veces gobernador puntano, con una media sonrisa.

La lluvia, efectivamente, cayó sobre La Rioja durante toda la jornada, pero un vuelo de Aerolíneas Argentinas llegó a Buenos Aires a las 15.49 y con sólo 14 minutos de retraso. De haberse subido a ese avión, el ex presidente habría llegado sin problemas a dar quórum y sepultar la hegemonía kirchnerista en la Cámara alta. Prefirió, según el portal de noticias Noa Noticias, almorzar con su ex secretario privado Ramón Hernández, con la misma tranquilidad con la que el día anterior había jugado al golf con amigos.

El ex presidente no contestó las llamadas, y funcionarios de su despacho usaron una cortante amabilidad para cerrar la puerta del despacho en la cara de este cronista mientras alegaban no tener nada que agregar.

Por la noche, el sobrino del ex presidente y ex diputado Adrián Menem desmintió un supuesto acuerdo con el oficialismo. "Menem está en las antípodas del kirchnerismo y desde ningún punto de vista se puede hablar de un acuerdo, es absurdo", afirmó. Y agregó: "Debe haber surgido algo que le impidió venir, pero en la próxima sesión va a estar y va a votar con el peronismo disidente".
Otras fuentes cercanas al ex presidente, que pasó todas sus vacaciones en la casa que tiene dentro del Golf Club de la capital riojana, coincidieron en que su intención original era llegar a la votación. Pero nunca se movió de la cómoda casa con dos pisos y durazneros en la entrada.

"Le dijo a un amigo que llegaría a la sesión siempre que su voto fuera indispensable", afirmó un hombre que lo acompaña desde hace varias décadas. Otro daba una explicación más maquiavélica: "Les quiso hacer daño a los dos: al Gobierno, que para todo el mundo quedó como acordando con él, y a la oposición, por haberlo ninguneado".

Otra versión, también en el más estricto off the record, tiraba al cesto de los desperdicios los presuntos problemas meteorológicos y algún inconveniente de salud de Menem, que en julio cumplirá 80 años.

"Olvidate, no fue nada de eso. Está negociando más arriba", arriesgó una persona de su entorno.
Sediento de revancha. Así está, según quienes lo conocen, Carlos Menem hoy, pensando en las elecciones presidenciales de 2011 como el más dulce de sus desquites luego de años de ostracismo y decadencia política.

Sin quórum

36 Votos

Consiguió la oposición para arrebatarle al kirchnerismo el control del Senado. Le faltó un voto.
35 Votos

Alineó el kirchnerismo (32, más 3 aliados) para dejar sin quórum la sesión. Menem fue el único ausente.

Autor: Jaime Rosemberg
Fuente: LA NACIÓN

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