U.C.R - LA APUESTA PARA OCTUBRE
La UCR elevará el perfil de sus candidatos a gobernador y a diputados y senadores. Así lo anunció el titular del partido, Ernesto Sanz, y en línea con la nueva estrategia advirtió que un triunfo holgado del kirchnerismo puede generar “desequilibrio” en el Parlamento.
La candidatura de Ricardo Alfonsín no aporta lo suficiente para enfrentar el importante caudal de votos que arrastró la presidenta Cristina Fernández. Esa es la conclusión a la que arribó el radicalismo y que se cristalizó ayer cuando en el Comité Nacional, el presidente del partido, Ernesto Sanz, reveló que la estrategia de cara a las presidenciales de octubre será darles más protagonismo a los candidatos locales, tanto a gobernador como a legisladores nacionales. “En esta elección quedó demostrado que sólo hay dos fuerzas que tienen representación en todo el país. La UCR es un partido nacional, que hoy viene a reivindicar esa condición y a mantener la representación local y parlamentaria”, sentenció ayer Sanz, ex rival interno de Alfonsín. Casi como un reconocimiento implícito de que no es posible revertir una victoria del Frente para la Victoria en primera vuelta, los radicales apelarán a que la ciudadanía los vote para frenar “el peligro institucional” que supondría una nueva mayoría parlamentaria del kirchnerismo.
Después de varios días de preocupación, deliberación y convulsión interna, el radicalismo empieza a reacomodarse tras el cimbronazo del domingo, en el que Alfonsín obtuvo el 12 por ciento de los votos, igual que Eduardo Duhalde, y a 38 puntos de CFK. El análisis que ensayaron en el alfonsinismo es complejo. Por un lado, comprende errores en la comunicación del mensaje del candidato presidencial y, por el otro, falta de apoyo y compromiso de la estructura partidaria, además de algunos desaciertos en la política de alianzas.
Para subsanar el primer punto, se produjeron los primeros cambios en el comité de campaña alfonsinista. Fueron desplazados Raúl Borrás y Mario Brodersohn y reemplazados por Marcelo Stubrin y Guillermo Hoertz. Todavía están trabajando en los detalles del nuevo discurso de Alfonsín, que según anticiparon tomará en cuenta el resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.
De todas maneras, ayer salieron a desmentir cualquier posibilidad de que el hijo del ex presidente baje su candidatura, como pregonó desde la oposición el macrista Federico Pinedo. “El radicalismo es un partido nacional y por lo tanto competirá el 23 de octubre con la fórmula Ricardo Alfonsín-Javier González Fraga”, ratificó ayer Sanz.
Escoltado por los presidentes de los bloques de Senadores, Gerardo Morales, y de Diputados, Ricardo Gil Lavedra, el titular del Comité Nacional consideró que “de persistir la tendencia que se verificó el domingo pasado estaríamos ante un grave peligro institucional”. Los radicales buscan instalar la idea de que una victoria arrolladora, como la del último domingo, puede desembocar en un “desequilibrio” en el Parlamento que termine en el “poder absoluto”. “Cuando el poder se concentra sin límites puede haber un aplastamiento del debate y una lesión a las minorías”, alarmó Gil Lavedra. Lo cierto es que repitiéndose este resultado, es matemáticamente imposible que el FpV vuelva a tener quórum propio en Diputados, ya que tiene un bloque de 87 legisladores y necesitaría 40 bancas.
El radicalismo busca fortalecerse a partir de esa diferencia con el resto de sus competidores, que tienen un bloque parlamentario más reducido –como el peronismo federal de Eduardo Duhalde o bien no son opositores acérrimos del gobierno nacional –como el Frente Amplio Progresista de Hermes Binner–. “Nosotros somos mejor oposición institucional que el Frente Progresista”, remató ayer Sanz.
En ese contexto, Alfonsín se dedicará puntualmente a mejorar su campaña en Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, donde hizo una performance muy por debajo de sus expectativas. Para coordinar con el resto del país, el próximo jueves se reunirán todos los presidentes de los Comités provinciales. El encuentro se realizará en el histórico edificio de la calle Alsina, será cerrado y con una exposición de Ricardo Alfonsín.
Por lo pronto, la alianza con el peronista disidente Francisco de Narváez sigue en pie, pero ya no se mostrarán juntos, sino que el titular de Unión Celeste y Blanco y candidato a gobernador bonaerense apelará a “provincializar” su elección.
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