¿Futuro?
La oposición entre el abismo y la falta de liderazgo
Autor: Gabriel Oliverio
Espacio sin red para el default político frente a un gobierno hermafrodita.
El disparador de esta nota que pretende sumar una serie de opiniones personales es un cartel de publicidad en la vía pública colocado sobre los accesos a la ciudad de Buenos Aires. Territorio político por excelencia para quienes deseen proyección nacional. El cartel tiene una foto de Elisa Carrió junto a otros partidarios suyos con una frase invitando a marcar un número de celular al estilo de promoción televisiva para aportar dinero enviando la palabra “futuro”.
Pero… ¿Qué significa futuro para la política argentina?
Todo parece aproximarse a la idea de alianza constituida para ganarle al PJ en 1999, versión moderna con Lilita al frente. Especie de rejunte multipartidario con los más variados colores e ideas. Una bomba de tiempo que estallará sino se alcanzan acuerdos programáticos sustentables. Algo imposible hoy por hoy en Argentina porque la ambición personal supera toda vocación de servicio.
En este contexto no pude evitar analizar el dramático destino corrido por la única alternativa al PJ en todo el territorio, la Unión Cívica Radical.
Lejos de los objetivos de integración social planteados por Alem e Yrigoyen al momento de su fundación. La UCR se ha transformado en un deteriorado feudo con cada vez menos adeptos. Al punto de llevar en la última elección un candidato extra partidario, Roberto Lavagna, algo jamás pensado por sus nobles históricos dirigentes.
Con porcentajes cada vez menores los actuales decisores optan por impulsar un acuerdo con la Coalición Cívica en lugar de ceder para unificar criterios e impulsar el regreso definitivo de los “que se fueron”.
¿Falta patriotismo en estos dirigentes? ¿Es Carrió la nueva Lavagna? Utilizada por el gobierno, quizá de modo inconciente, para dispersar votos y reunir candidatos permitiendo ver claramente al enemigo.
Los datos de la realidad indican que el PJ volverá a ser gobierno en 2011 aunque en 2009 pierda las elecciones parlamentarias.
Al no existir acuerdos programáticos que prefunden la recuperación de la UCR no hay opción política con aparato electoral capaz de hacer frente al monopolio que ostenta el Justicialismo en todo el país.
“La coherencia no abunda” escribió un amigo en sus reflexiones sobre la coyuntura Argentina.Yo agrego que falta un suceso determinante para impulsar el cambio. La opción al desbocado kirchnerismo: La deliberación.
Ha pasado el tiempo de hablar de lo que pudo hacerse y no se ha hecho, ni es necesario investigar lo que sea más conforme a los usos y costumbres de la política convencional.
Hay que renunciar al egoísmo y priorizar la vocación de servicio al pueblo, al corazón de la necesidad nacional.La gente antes que una buena administración económica y política requiere honestidad e idoneidad para sentirse representada y contenida. En esto las redes sociales como Facebook o en el caso de la UCR un extraño portal utilizado como una suerte de comité nacional virtual llamado La Radicalósfera (www.radicalosfera.com), aceleran el proceso de interacción y reclamo de liderazgo pertinentes.
Cuanto más medito la situación me urge el deseo de ver realizada la asamblea que de vida al fuego del centenario partido de Alem y oxigene tanta supremacía peronista. Una asamblea que pueda adoptar todas las medidas requeridas al momento de salvar al país.Es extraño como los tiempos de la política se alejan de los ciudadanos, cada vez más desprotegidos ante el avance del autoritarismo oficial.
Requerimos una prestación de servicio Moral para la oposición.
“Todo hombre tiene una predisposición a ser tirano y lo es luego que la oportunidad conspira con sus inclinaciones” escribió un prócer.
A cualquiera que se confíe la autoridad pública sin trabas de la ley y sin control de sus operaciones se le da la herramienta para que abusando de su poder comprometa la continuidad del sistema democrático.
La alternancia y el equilibrio no se obtienen sin una moneda de dos caras, una balanza y al menos un par de opciones electorales fuertes.
Hoy quienes se llamen oposición deben asumir el rol indelegable de renunciar a la voluntad particular y sólo servir al pueblo. La política debe colmarse de hombres sensatos y prolíferos, debemos extraer a los híbridos y estériles para promover a los audaces y apasionados. Solamente así pasaremos de la desgracia a la virtud engendrando sucesos trascendentes que regeneren el tejido social debilitado por la corrupción y preservando el clamor popular como único administrador de la libertad y las instituciones de la república.
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