14/2/09

OPINION

EL MOMENTO QUE NOS TOCA VIVIR

Autor : Dr. Jorge BÁR

Extractamos para nuestros seguidores tres noticias publicadas en el diario “La Nación”, de Buenos Aires, en diferentes días, las cuales pasaron casi desapercibidas. No obstante, creemos que son dignas de analizarlas en relación con el momento económico y político que estamos transcurriendo en el mundo y cuyas consecuencias, a pesar de ser negadas –tontamente-, estamos empezando a padecer en nuestro país.

La primera de ellas, originada en el diario The New York Times y escrita por Eilen Barry, hace alusión a que en Rusia se ha echado mano de un viejo conocido argentino: el trueque. La nota, taxativamente expresa “…Todo esto se parece a un déjà vu. A mediados de la década de 1990, las transacciones realizadas por trueque representaban el 50 por ciento de las ventas de las empresas medianas y el 75 por ciento en el caso de las grandes empresas”.


Pues bien, aquí vemos que esa institución (la del trueque) existía antes de nuestro “corralón” de 2002. Por lo que nosotros no inventamos nada sino que imitamos algo que existió en otras latitudes y desde tiempo inmemorial. Pero como los argentinos tenemos una ilógica intencionalidad de repetir todo y de inventar muy poco, analicemos el fenómeno trocario (el trueque).
Cuando nosotros vendemos un bien o un servicio también estamos haciendo un trueque, solo que lo realizamos en manera “indirecta”: primero compramos un “contrato” llamado dinero y luego –si queremos- cambiamos este bien por otro que representa una determinada utilidad para nosotros.

En 2002, al detenerse la actividad económica y por lo tanto, faltar en los bolsillos ese bien llamado dinero, los estados provinciales decidieron crear algo parecido; así aparecieron las “cuasimonedas” pues le faltaban a ellas el componente soberano de “aceptabilidad general” es decir “forzosa”, lo que en términos populares llamamos la confianza.

Fue una genial creación que ayudó a paliar un momento excepcional y de tremenda confusión. Y los más confundidos de ese momento fueron –precisamente- las autoridades económicas, peritos del corto plazo pero no tanto del largo. Podemos dar explicaciones a quien lo requiera de nuestras afirmaciones; los espero.

Pero lo más genial y que habla muy bien de nosotros, los argentinos, fue que supimos darle fin en el preciso momento que consideramos que la emergencia económica estaba disipándose. Lamentablemente, los políticos, los cuales –muchas veces- entregan largo plazo para comprar corto plazo, la hicieron fácil e hicieron votar la ley de emergencia económica cuando, precisamente, no la había. Hoy vamos a comenzar a pagar esa irresponsabilidad.

La segunda noticia aparecida en dicho matutino de Bs. As. lleva por título “Las protestas en Gran Bretaña contra el empleo de extranjeros podrían extenderse a otros países “ y la firma Graciela Iglesias. En su título está contenido el espíritu, por lo que no la glosaremos.

Solo diremos que, precisamente, en la cuna del gran economista John Maynard Keynes, esta medida restrictiva va contra uno de los factores de la pomposamente llamada “Ecuación Económica Fundamental” (que no tiene nada de fundamental) y que es el consumo.

No se equivocó Keynes; solo que hablaba para una geografía especial, en un momento especial y con problemáticas agudas muy determinadas. Los que se equivocan son los que repiten sin saber, sin conocer toda la idea keynesiana y menos, sin conocer ni un ápice de economía ni derecho.

Mas como no todo está perdido en este mundo, el mismo diario nos da la clave en “Las fórmulas para la crisis” una nota escrita por Carlos Manzoni. En ella expresa este columnista que (a la letra): “Si al menos una certeza pueden rescatar las empresas en medio de la incertidumbre que provoca la actual crisis financiera internacional es que deberán cambiar, si quieren sobrevivir a esta tormenta.

Reestructuración planificada, mayor eficientización y optimización de costos aparecen como las fórmulas claves que tendrá que aplicar el capitán del barco para evitar el naufragio”. Y prosigue el relator:”El director de Servicios para la Crisis de PricewaterhouseCooper,Miguel Eiranova, comentó que lo recomendable en estos tiempos críticos es elaborar buenas proyecciones y prepararse para hipotéticos escenarios (el subrayado es nuestro, JB) que pueden ser muy diferentes de los que se presentaban hasta ahora. “En este contexto, lo que vamos más vamos a ver es una reestructuración operativa, una búsqueda mayor de la eficiencia y una optimización de costos (también el subrayado es nuestro), indicó.

Y aquí sí se ha dado en el blanco. No nos interesa analizar en este escrito si las tres medidas son suficientes por sí, pero lo importante es rescatar que se está hablando del largo plazo y NO del corto plazo, EXCLUSIVAMENTE.

John Rockefeller preguntado cómo se hace un millón de dólares, muy astutamente respondió: “Se comienza poniendo un dólar, arriba otro y así sucesivamente hasta completar” Fue muy ladino pues él estaba pensando en el último dólar necesario para completar el millón y quien lo escuchaba solo se quedaba pensando en el primer dólar.


Autor : Dr. JORGE BAR

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