Le redobla la apuesta a todo el mundo
El Gobierno decidió anticipar las elecciones nacionales y unificarlas a las de la Ciudad que Macri estableció al 28 de junio.
Una jugada atrevida que lo diferencia del jefe de gobierno porteño, quien pese a que tenía todo para posicionar a su fuerza a nivel nacional, temeroso, separó los comicios y apostó al poder local. La oposición tiene juntar fuerzas en el Congreso para evitar la jugada del kirchnerismo.
Autor: Silvia Mercado
Si algo está claro, es que Néstor Kirchner es un animal político, que no le teme a las apuestas (en rigor, dicen que es un gran jugador en los casinos), y que a pesar de que perdió su afinidad con la mayoría del pueblo, sabe que está en problemas. Por algo llegó a presidente, alguna vez. Y cuando al fin se vaya, no sabemos hoy cuándo será eso, lo hará peleando hasta el último segundo.
La diferencia con Mauricio Macri es notoria. El jefe de gobierno porteño tenía todo para posicionar a su fuerza a nivel nacional, con el respaldo incluso de los grandes medios de comunicación, de los países que siguen insistiendo con tener relación con la Argentina a pesar del kirchnerismo, de gran parte de la población también, pero no: tuvo miedo.
Las cartas ahora están echadas.
Está cada vez más claro que Kirchner está dispuesto a romper cualquier regla, incluso las escritas por él mismo, con tal de no dar el brazo a torcer.
La oposición tiene juntar fuerzas ya mismo para evitar aprobar este adelanto en el Congreso y, si no lo logra, para ganarle al kirchnerismo el 28 de junio.
Todo es delirante, porque Kirchner lo es, y porque -aburre repetirlo- los que podrían disputarle poder, no dan la talla.
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