UN FUTURO INCIERTO
El ex presidente Kirchner se tomó un respiro en la conducción del P.J. para "tener libertad de acción". Esto le permite desarrollar una nueva tarea política: “limpieza de traidores”, tarea placentera para un tigre herido. A la cabeza de la misma se encuentra el intendente licenciado, y actual jefe de gabinete Sergio Massa, la boleta municipal de Tigre sacó el 53% y Kirchner sólo el 39%. La diferencia se repite en municipios como Esteban Echeverría, Almirante Brown, Berazategui o Avellaneda, tres distritos importantes donde el kirchnerismo no logró sacar diferencia.
Los intendentes protegieron su propio caudal político. Mientras el ex presidente analiza los datos y piensa en venganza, De Narvaez disfruta del éxito de su estrategia basada en reconocer a los aparatos políticos y estructuras consolidadas por sobre cualquier otro arreglo circunstancial.
El duhaldismo, el felipismo, algunos partidos políticos aliados circunstancialmente, peronistas de vieja cepa separados abruptamente de la listas, colectoras enteras dadas de baja, fueron el precio pagado por el titular más soñado en los diarios del lunes 29 de Junio de 2009 por el 65% del electorado. Y a no dudarlo, De Narvaez lo hizo.
Que hubiera sucedido si Kirchner hubiera triunfado, y Reutemann, el otro gran ganador de la noche del domingo, también hubiera sido vencido por los dos aparatos oficialistas que amenazaron su candidatura en Santa Fe?
Entre las excusas que dio Néstor Kirchner al renunciar a la conducción del PJ, dijo que necesitaba moverse “con mucha libertad” para “profundizar el modelo”. Pero las primeras horas de “libertad”, lejos del control partidario, las dedica a otra tarea. En su escritorio, constata vía internet el porcentaje de votos que sacó en los distritos del conurbano, sobre todo los del segundo cordón, y los compara con las boletas municipales que impulsaban los intendentes locales, muchos de ellos “testimoniales”. Les dice a los suyos que el rastrillaje es para buscar “traidores”. Y ya planea la venganza.
En esa lista, la cabeza es toda de Sergio Massa. Hoy mismo Clarín revela que el Jefe de Gabinete llevaba el domingo datos increíbles al bunker K que le llegaban desde su Tigre. En Don Torcuato, donde solía arrasar Kirchner, estaba cabeza a cabeza con Francisco De Narváez.
Pero los datos no mienten. En esa localidad, donde Massa aún es intendente pero con licencia, la boleta municipal del Partido Justicialista y Aliados –Progreso Social y Acción para Crecer en Tigre- obtuvo el 53,03% de los votos, 14 puntos que los que logró Kirchner a nivel nacional. Casi 27.000 votos de diferencia de los que el patagónico culpa al jefe de ministros.
La escena se repite en otros distritos, que no sólo integran el segundo cordón del conurbano sino que forman parte de la decisiva tercera sección electoral. El más llamativo es Avellaneda, donde Kirchner pasó de campaña y donde esperaban un importante caudal de votos. El intendente Baldomero “Cacho” Álvarez consiguió, como candidato a concejal “testimonial”, obtuvo más del 37%, mientras que Kirchner consiguió apenas el 33,7%.
La distancia es más amplia en Almirante Brown, Berazategui y Esteban Echeverría, municipios donde Kirchner siempre jugó de local. En el primero, el intendente Juan José Mussi cosechó el 58,7%, mientras que el ex presidente llegó al 42,5%. Más de 21.000 votos de diferencia. El segundo, Fernando Gray llegó al 46,8%, mientras que la lista de diputados nacionales trepó al 41,1%. Darío Giustozzi, en Almirante Brown, consiguió 10 puntos más que Kirchner -53,2 a 43,2-.
Un hombre muy conocedor del funcionamiento del PJ bonaerense, analizó con atino que “los intendentes jugaron con Kirchner, pero primero protegieron su propia quinta”. En su entendimiento, trazó una interesante lectura de la visión política de los “barones” del conurbano: “Los intendentes tienen que tener cintura política para poder quedarse en la intendencia 10 o 20 años. Mientras Kirchner piensa en el hoy, ellos ya están pensando en el 2011”.
Por debajo, cree, se esconde un guiño a De Narváez, a quien ya apuntan como el próximo gobernador. El mensaje, es que si en algunos distritos el kirchnerismo no ganó fue porque ellos lo permitieron. “Si (Hugo) Curto o cualquier otro querían que Kirchner gane, lo hacían ganar”.
La traducción, es que el domingo no hubo robo de boletas, urnas desaparecidas o telegramas cambiados porque los intendentes así lo dispusieron. “Eso solo pasa cuando los intendentes quieren que pase”, cerró la fuente. Y eso es, a su vez, algo que Néstor Kirchner no está dispuesto a perdonar. El cobro, adelantan, vendrá con el cierre de la famosa chequera K.
La estrategia llevada adelante por De Narvaez entrará ahora en una zona de alta turbulencia. La reorganización del P.J. provincial, el llamado al Congreso Provincial Justicialista que realizaría su titular “el Momo” Venegas, paso previo a un llamado a elecciones internas, acarrea una serie de definiciones que pueden dejar atrapado “al colorado” entre: el centralismo porteño macrista que no despega de los limites de la General Paz, certificado por el rotundo fracaso de la alianza PRO-Demócratas en Mendoza, ejemplo repetido en otras provincias, e incluso en Capital Federal disimulado por el arrollador triunfo bonaerense; o un Partido Justicialista que condicione seriamente sus posibilidades para el 2011.
Quizás el tiempo mejor invertido por estos próximos dos años será no solo abocarse en arreglar los problemas de la gente en lo inmediato, sino también en los problemas de la Nación en el largo plazo, condición indispensable para generar un círculo virtuoso de buenas administraciones. Para lograrlo, solo un Acuerdo Nacional Federal, entre las provincias del interior, encabezadas por la dirigencia de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, paso previo a la inclusión de otras de cuño marcadamente federal, pueden garantizar que todo esfuerzo realizado ayer y hoy, no será desperdiciado mañana.
Autor: Daniel Madeo
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