3/7/09

KIRCHNER - LA KAIDA

Las frenéticas horas finales vividas en el búnker kirchnerista en la medianoche del lunes después de las elecciones marcan el panorama actual que se vive dentro del oficialismo. Cuál es la situación que se vive en la actualidad al interior del matrimonio presidencial, y por qué en el ámbito político ya se habla del fin del kirchnerismo

Cualquiera que haya podido ver la película “ La Caída ”, que dirigió Oliver Hirschbiegel y protagonizó magistralmente Bruno Ganz, que trata sobre los últimos días de Adolf Hitler en el denominado "bunker" nazi, sabrá que la misma muestra el final del régimen que terminó con la vida de más de seis millones de judíos y originó una guerra que llevó a la muerte a más de 50 millones de personas.

En el film se ve como el "Führer" en esos días de abril del 1945 se encontraba totalmente aislado del mundo, manteniendo en su cabeza un supuesto "status quo", mientras los que lo rodeaban lo abandonaban a cada rato y la mayor parte de los "jerarcas" nazis ya habían creado residencia en el exterior, pero sólo Joseph Goebbels ministro de propaganda nazi, se mantuvo fielmente con él hasta el final para luego también suicidarse.

Precisamente la propaganda había el único soporte del final de régimen, y cuando todo el “maravilloso mundo ario” soñado por Hitler se había destruido, el führer permanecía dando ordenes sin que ninguno de los alcahuetes que toda corte tiene se atreviese a contradecirlo. En el film, tal cual los relatos reales de quienes vivieron esos días, se ve como Hitler impartía disposiciones sobre mapas mientras las bombas caían a su alrededor y trataba de convencer a los pocos fieles que mantenía alrededor de la posesión de lugares estratégicos de centros de abastecimiento que hacía más de un semestre habían caído en manos de los aliados, en fin, un sesgo marcadamente ideológico, rasgo que a aquel que no comulgaba con el grado de irracionalidad emanado de la jefatura se lo tildaba de traidor o desleal.

La historia nos sirve para reflexionar sobre lo que ocurrió en el pasado y poder entender por qué sucedieron hechos a lo largo de la misma que a veces parece que vuelven a repetirse en un futuro cercano. La historia es una evolución; de ahí que no debamos asumirnos como un producto acabado, definido, sino como uno histórico en movimiento, que va integrándose con los nuevos sucesos que ocurren.

¿Por qué recurrimos a estos hechos históricos de Hitler en sus últimos días al mando del Tercer Reich?, y es que si bien no existen las analogías en la historia, pueden ocurrir hechos parecidos. De esto se trata la situación que nos trae a colación, y que tiene que ver con los momentos que en la actualidad se encuentra atravesando el gobierno nacional. No se trata de de comparar a Hitler con Néstor Kirchner, nada mas alejado de la realidad, ya que no se puede comparar a un asesino despiadado con un presidente elegido democráticamente por nuestro pueblo, lo que se trata de resaltar es la metodología que expresa en muchos casos la administración nacional.

En la película que trajimos a colación anteriormente, se vio como Hitler condecoraba tropas cada vez más precoces y se trataba de ocultar el abandono sufrido en casi su totalidad por el entorno y cómo la caída de Berlín fue una masacre; volviendo a lo actual no se sabe ya a ciencia cierta si existe el afán de un verdadero giro de timón por parte de la administración de la presidenta Cristina Fernández, lo que sí habría que tratar más que nada es la responsabilidad que les cabría a los "popes" del peronismo ya se trate de gobernadores, intendentes o dirigentes de peso, en tratar de evitar de no llegar a una "caída" dramática como lo fue la de el Führer.

La clase política nacional tendría que pensar un poco más en aprovechar estos días en resolver la coyuntura actual que vive el país en distintos ámbitos, desde la gripe porcina a la delicada y débil situación económica, y no seguir pensando en candidaturas ya que el panorama realmente no lo amerita, no sólo en relación a una posible precandidatura sería hoy un craso error sino un acto de irresponsabilidad por parte de los dirigentes políticos.

Los que conocen muy bien el entramado kirchnerista y estuvieron presentes en el búnker kirchnerista que se había establecido en el piso 19 del Hotel Intercontinental, cuentan los reproches, los castigos y los insultos del matrimonio presidencial, sobre todo del santacruceño, hacia muchos de sus colaboradores, especialmente los encuestadores que hasta último momento le vaticinaban un triunfo del Frente para la Victoria por alrededor de seis puntos.

El matrimonio Kirchner compartió gran parte de la jornada con la pareja conformada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires y compañero de fórmula de Kirchner, Daniel Scioli, y la modelo Karina Rabolini, con los cuales, junto a un pequeño y selecto grupo de colaboradores, vivió los primeros resultados que le acercaba el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien fue uno de los primeros blancos de las críticas K por no poner primero en los datos brindados a la prensa aquellos que beneficiaban al oficialismo, como lo fueron los votos del conurbano bonaerense, y dejar para después los del segundo cordón y el interior bonaerense que le eran sumamente adversos al kirchnerismo.

Algunos cuentan que el patagónico hasta llegó en algún caso a la agresión física a uno de sus colaboradores por contradecir sus pensamientos con los datos que le ofrecían las urnas reales, en una actitud lindante a la paranoia, muy parecida a la que incurrió el año pasado cuando en el riñón más duro del kirchnerismo ortodoxo se formó una idea de que había un clima destituyente en la calle impulsado al son de la protesta rural.

Estas actitudes cuentan que se siguen repitiendo en la actualidad con el resultado ya puesto y que concluyó con la renuncia del patagónico a la presidencia del Partido Justicialista, sin que todavía se haya aprendido el mensaje que la población le quiso dar a la administración nacional en las urnas, siguiéndose con la misma actitud de soberbia e inconsulta con el resto del espacio político nacional, que lo puede llevar a un callejón sin salida.

Esta forma de encarar la vida, fue la que llevó a que se cometiera un papelón en medio del acto electoral, como fue inducir al secretario de Medios, Enrique Albistur y al vicejefe de Gabinete de la Nación , Juan Manuel Abal Medina, repetir ante los medios de prensa que el triunfo del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires había sido rotundo y que le sacaban “seis puntos de diferencia” al candidato opositor Francisco De Narváez.

La actitud de reproche también alcanzó al jefe de Gabinete Sergio Massa, a quien se le achacaba no haber puesto toda la predisposición posible con su aparato político en Tigre y permitir en su terruño un triunfo holgado del ex presidente, cuando en realidad quedó a muy poca distancia del candidato de la centroderecha nacional. Algunos hasta aventuraron que los gritos que se escuchaban en el piso 19 del Hotel Intercontinental se podían escuchar a varios metros de distancia, notándose el mal humor del patagónico ante los números negativos que le iban entregando a medida que transcurría la jornada electoral.

En la época del nazismo, quien fuera el ministro de Propaganda Joseph Goebbels, impulso los “11 principios de la propaganda” nazi, que incluía entre otros, reunir a diversos adversarios en una sola categoría o individuo; además que sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario; y el peligroso “si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. En estos momentos, puede verse que el kirchnerismo al no tener argumentos para defender su derrota en la contienda electoral del domingo pasado, ha incurrido en catalogar al enemigo político en un solo individuo, como lo es el avance de la derecha en la Argentina lo que representaría una vuelta a los ’90.

Es realmente sobrecogedor ver lo vigente que sigue hoy en día este decálogo de propaganda nazi, con actitudes que se tienen en muchos países, que si bien están muy alejados y en las antípodas del pensamiento delincuencial del nazismo, parecen incurrir en muchos de los errores garrafales del Tercer Reich, llevándolos al fracaso en muchas de las acciones que llevan adelante, es más, el sistema político de más de un país se hundiría si el decálogo creado por Goebbels se llevara fielmente a la realidad.

En esta constante pelea por sumar más y más poder sin mirar a quien se deja de lado, Kirchner ha dejado muchos heridos, tanto dentro como fuera del Partido Justicialista, que ahora en momentos de desgracia, cuando el proyecto iniciado allá por el 25 de mayo del 2003 empieza a caer por errores propios y ajenos, todos ayudan para que tambalee y resbale por el abismo, haciéndole sentir en carne propia lo que ellos sintieron con anterioridad.

Soberbia, inconsciencia, falta de información del terreno en el que se inmiscuía políticamente y otra clase endebleces, hacen que el kirchnerismo no se dé cuenta que choca en forma constante una y otra vez contra un paredón, que cada día lo aleja más de los intereses de la sociedad y de lo que la misma espera de la clase dirigente.

De la capacidad que tenga el matrimonio presidencial de entender que no se va la vida en el resultado final de esta elección, y que retroceder un paso no significa ser débil o echar sus convicciones al tacho de la basura, estará el bienestar de los argentinos que quieren un país andando y en crecimiento y no hundido en la confrontación y en la lucha constante del poder por el poder mismo, estará el crecimiento de la Argentina y la prosperidad de más de 40 millones de ciudadanos que buscan vivir en paz y tranquilidad.


Fuente: Agencia CNA

No hay comentarios: