El mejor escenario para Kirchner
Presionada por el crecimiento en las encuestas de Julio Cobos, Elisa Carrió emergió una vez, más plantándose como alternativa con su nuevo partido ARI-Coalición Cívica. Gerardo Morales, que oscila entre Cobos y Carrió, también decidió levantar el perfil a partir del triunfo de Ricardo Colombi en Corrientes.
Por su parte, Mauricio Macri, preocupado por su escaso éxito como Jefe de Gobierno, decidió huir hacia adelante, proclamándose candidato presidencial. Siguiendo la cadena de causas y efectos, Eduardo Duhalde dio el paso al frente, en parte obligado por la intención de Macri de incluir al PJ en el PRO, y también por el vacío de dirigentes peronistas. Felipe Solá, por su parte, se ofrece como vicepresidente de casi cualquier candidato presidencial opositor.
En Buenos Aires, para frenar las versiones sobre su desplazamiento por Balestrini, Daniel Scioli no encontró nada mejor que lanzar su campaña para la reelección. Esto incentivó a Francisco de Narváez a reflotar rápidamente su candidatura a gobernador para no quedarse atrás.
Así es que en una realidad dinamizada por la crisis social y la guerra por la ley de medios, las principales figuras políticas están ocupando el espacio mediático con candidaturas anticipadas dos años a las elecciones.
En medio de este ruido hay dos silencios que se destacan. Julio Cobos bajó el perfil, posiblemente para pasar desapercibido en el final de la campaña correntina, donde él se alineó con el perdedor Arturo Colombi. Primero en las encuestas para presidente, Cobos actúa en forma conservadora, porque tiene más para perder.
El segundo en las encuestas, Carlos Reutemann, también recuperó su tradicional bajo perfil. El ex piloto cree que ponerse en carrera ahora significa exponerse a demasiados riesgos que podrían dejarlo fuera de la competencia antes del 2009.
Este juego de las candidaturas anticipadas parece ser esencial para reconstruir los respectivos espacios políticos. Tanto el PJ disidente, como el macrismo, la UCR y el nuevo ARI intentan rearmarse con este método.
Ahora el resultado inmediato de estos reposicionamientos es que renace una oposición multipolar donde los acuerdos globales parecen alejarse cada vez más.
Por su parte, la Ley de Medios opera, en alguna medida, como un factor transitorio de la unidad opositora. Ni bien el problema pase a segundo plano, es probable que la multipolaridad vuelva a convertirse en fragmentación.
Aunque Kirchner aparece rodeado por sus rivales, la multipolaridad opositora puede ser un escenario favorable para disimular su aislamiento. El kirchnerismo cuenta con un importante know how en el arte de aprovechar las discordancias de la oposición multipolar.
Por el contrario, un escenario que mostrara acuerdos políticos estratégicos entre los distintos sectores opositores podría reducir el margen de maniobra del gobierno. Tal como se está configurando el tablero político del último trimestre del año, las matemáticas siguen marcando que el 30% que controla el kirchnerismo tiene margen para imponerse sobre el 70% restante, fraccionado en cinco o seis proyectos competitivos entre sí.
Fuente: Informador Público
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