18/10/09

POLITICA - SE VIENE LA REFORMA

Los K festejan el 17 de Octubre
y de paso promueven una reforma política

Lo anunció la Presidenta en el homenaje oficialista a Perón; "no se les cae una idea", dijo sobre los opositores
Cristina Kirchner levantó dos veces la voz para intentar anunciar cuál creía que era "el gran desafío político el siglo XXI", mientras los militantes festejaban las evocaciones repetidas a Perón y a Evita. Al final, improvisó un silencio, como si fuera a hacer un anuncio: "¡El gran desafío del siglo XXI es lograr una reforma política, donde los partidos se democraticen en serio!".

Autor/Fuente : Juan Pablo Morales

Ministros, intendentes y militantes empezaron a aplaudir con ganas. Por un instante, los festejos del Día de la Lealtad en el Teatro Argentino de La Plata viraron de la liturgia partidaria al renovado interés del Gobierno en instalar el proyecto de reforma política que pretende hacer público la semana próxima.

"Tenemos que hacerla a partir de lograr la participación popular", insistió la Presidenta. Interrumpió los vítores con un grito: "¡Esto es entender si la sociedad va a ser gobernada por las corporaciones o va a ser gobernada en democracia por los partidos!".

Hasta ese momento, con la excusa del homenaje al ex gobernador Antonio Cafiero, los festejos habían estado plagados de reivindicaciones peronistas, recuerdos nostálgicos y algunos ataques a los adversarios. La Presidenta lo cambió por la nueva obsesión. "Estamos trabajando para presentar los proyectos en los próximos días", adelantó a LA NACION, después del acto, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, encargado de monitorear las iniciativas.

La Casa Rosada tiene listo un paquete de proyectos de ley, con tres ejes: modificar el Código Electoral, una nueva ley de partidos políticos y una nueva normativa para el financiamiento de las campañas.

El matrimonio presidencial se tomará los primeros días de esta semana para revisar los temas espinosos. Como adelantó LA NACION, pretende regular en campaña la propaganda financiada por privados y motorizar elecciones internas primarias y obligatorias, al estilo norteamericano.
Fuentes oficiales especulaban sobre que el anuncio sería el jueves o viernes próximos. No descartaban insistir en que se aprueben las reformas antes del recambio legislativo.
Ese nuevo objetivo desvela, sobre todo, a Néstor Kirchner. "La reforma va a hacer muy bien al peronismo", suele repetir en Olivos. A decir verdad, piensa en sí mismo. Sus hombres de confianza insisten, después de escucharlo: "Siente que con el nuevo sistema está en condiciones de ganar en 2011".

Ayer, una suerte de operativo clamor contenido se sintió en La Plata. Se hizo evidente cuando el homenajeado Cafiero pidió "la unidad" del peronismo. "¡Porque quiero un presidente peronista en 2011!", gritó. Le siguieron dos minutos de un solo grito: "Olé, Olé, Néstor, Néstor...".

En las tribunas, los ministros sonreían con recato impostado. Participó la plana mayor del gabinete nacional y bonaerense y el líder de la CGT, Hugo Moyano. Pero hubo ausencias. No se sumó un gobernador. Y viajó a La Plata sólo una decena de intendentes. La mayoría llegó a última hora con militantes del conurbano.

El vicegobernador Alberto Balestrini abrió los discursos. Repasó nostalgias partidarias y elogió a Cafiero. La senadora colombiana Piedad Córdoba improvisó un extenso discurso en favor del Gobierno y de sus "amigos": el ex gobernador y el matrimonio presidencial. El gobernador Daniel Scioli repitió esa receta y le agradeció a Cafiero "sus enseñanzas". Cafiero habló de sus "sueños". Dijo que quería al peronismo "como eje de un movimiento mundial" y repitió que quiere "la unidad justicialista".

Cristina Kirchner combinó la nostalgia y la liturgia con la demanda de la reforma política. Y coló críticas a adversarios. "Quienes insultan es porque no se les cae una sola idea para debatir", cuestionó, mientras la aplaudían los varios miles de personas que colmaban el teatro. Una puesta en escena que se repetirá en menos de cinco días: el miércoles, comandará, en el Teatro Argentino, los festejos por la sanción de la otra obsesión: la ley de medios.


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