Empieza el posmacrismo?:
López Murphy y De Narváez avanzan sobre el electorado del PRO
Rodríguez Larreta, Michetti y Santilli se disputan el control del oficialismo.
Dos informaciones sacudieron la semana pasada a la plana mayor del macrismo. La primera fue una encuesta reservada, en la que Ricardo López Murphy está alcanzando a Macri en intención de voto para Jefe de Gobierno. Pero mientras éste muestra una tendencia descendente, aquél está en alza. La segunda noticia es la intención de Francisco de Narváez de desplegar alguna estructura política en Capital.
Dos informaciones sacudieron la semana pasada a la plana mayor del macrismo. La primera fue una encuesta reservada, en la que Ricardo López Murphy está alcanzando a Macri en intención de voto para Jefe de Gobierno. Pero mientras éste muestra una tendencia descendente, aquél está en alza. La segunda noticia es la intención de Francisco de Narváez de desplegar alguna estructura política en Capital.
El impacto negativo de estas informaciones es mayor aún por cuanto Mauricio Macri llega a fin de año como un Hamlet de la política criolla. No se decide a postularse a presidente ni a pelear su reelección en Capital y empieza a correr el riesgo de quedarse sin ninguna de las dos cosas. Su mano derecha, Horacio Rodríguez Larreta, y ahora también Gabriela Michetti, lo impulsan a competir por la Casa Rosada. Ambos están interesados en convertirse en los sucesores de Macri en la Jefatura de Gobierno. Pero la continuidad está en serio riesgo. Y no sólo por la revancha que planea López Murphy, a quien Macri le arrebató RECREAR a través de Esteban Bullrich para fusionarlo a PRO. También Fernando Pino Solanas y Proyecto Sur están hoy mejor posicionados que el macrismo para ganar la Ciudad. Observando que el PRO hace agua, Eduardo Duhalde, incansable tejedor de alternativas, estaría estimulando una nueva alquimia. Que Macri se resigne al rol más modesto de candidato a Vicepresidente suyo, de Carlos Reutemann o de quien resulte el candidato del peronismo disidente.
Obviamente, esto cierra con otro pase, el de De Narváez como candidato a Jefe de Gobierno. Este último tiene por costumbre abrir todos los juegos posibles. Así es que, además de estudiar las candidaturas a presidente, vice y gobernador de Buenos Aires, ahora tampoco descarta el de lord mayor porteño. Michetti, durante la última campaña electoral, empezó a mejorar sus relaciones con el vencedor de Kirchner y las conversaciones continúan. Santilli, para no ser menos, ya habría mantenido con aquél un par de reuniones para analizar la situación.
Pero la principal amenaza es, sin duda, el lopezmurphismo, porque trabaja sobre las líneas internas del PRO. Es decir, los cientos de dirigentes y punteros resentidos porque Macri jamás los escuchó. Y están también los votantes militares y católicos, que se hartaron de esperar que el gobierno porteño asuma un compromiso político serio, para no hablar del caso Posse.
Sálvese quien pueda
Ante las señales de que el macrismo puede ser un ciclo que se agota, los choques en la plana mayor del PRO empiezan a ser más fuertes. El flamante Ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli, ya está a los codazos con Rodríguez Larreta. Santilli está dispuesto a tener la última palabra en la negociación del megacontrato de la recolección de residuos. Pero el Jefe de Gabinete pretende lo mismo. Entre Santilli y dos de las empresas de recolección de residuos hay viejas cuentas pendientes. Un 0,5% de lo que la Ciudad paga por el servicio, las empresas deben destinarlo a campañas de publicidad sobre la eliminación de los residuos. Se sabe que esta suma -50 millones anuales- se canalizaría a través de consultoras controladas por hombres del gobierno y que cerca de dos tercios de la misma sería el retorno que se paga para que la Ciudad mantenga los contratos. La pulseada que se avecina tendría que ver exactamente con este punto.
El fantasma de una probable derrota electoral en el 2011 hace que el combate por las cajas sea cada vez más virulento.
A todo esto, la única creación de la gestión Macri, la Policía Metropolitana, sigue en la incubadora. Es que, con pleno aval de Aníbal Fernández, la Policía Federal ha impuesto condiciones muy severas para autorizar que los agentes de la Ciudad empiecen a funcionar. Macri continúa posponiendo el inicio de actividades para demorar el mal trago de tener que admitir que su fuerza terminará siendo un cuerpo de agentes de tránsito.
Autor: Carlos Tórtora - Fuente: Informador Público
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