30/1/10

REDRADO Y LA BICAMERAL

Cobos y Prat Gay se inclinan por bajar a Redrado,
pero temen el costo político

El consejo que la bicameral debe emitir sobre la conducta del economista en el Banco Central colocó al vicepresidente y el diputado de la Coalición Cívica en una encrucijada. Ambos dieron señales de no querer su continuidad, pero quieren evitar quedar pegados a la Casa Rosada. Los recelos entre Cobos y Carrió complican más el tema. “Parece que me quieren echar los tres”, se resignó Redrado.

Al considerar sus declaraciones y las informaciones que dejaron trascender, el vicepresidente Julio Cobos y el diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay parecerían coincidir con el diputado kirchnerista Gustavo Marconato en que Martín Redrado no debe seguir al frente del Banco Central.

Los tres integran la bicameral que debe elevar a la presidenta un consejo sobre la conducta del economista.

Sin embargo, el costo político de tal decisión, que los colocaría en la misma línea del Gobierno, los obliga a pensar en una posición intermedia. Por si fuera poco, la disputa permanente de Cobos y Carrió les impide acercar posiciones, e imponer el contenido del consejo. Para el Gobierno, Redrado incurrió en incumplimiento de deberes de funcionario público al negarse a abrir la cuenta del fondo del bicentenario creada por un decreto. En la reunión que hoy tuvo el tridente, Marconato adelantó que será la posición que plasmará en el consejo.

Cobos y Prat Gay nunca avalaron esta postura, pero tampoco concuerdan en que el economista debe seguir al frente del Central. El primero cree que su etapa está agotada, y Prat Gay es el mayor crítico de su gestión. Ninguno de los tres fue benévolo con Redrado cuando lo tuvo cara a cara, y quizá sea por eso que después de esas visitas el economista cambió sus frases de choque por breves prédicas generalistas. Prat Gay cumplió con su promesa de atacarlo por su toda su gestión total, más que por la rebeldía final que tuvo con los Kirchner.

Le achacó que no haya hecho nada para combatir la inflación. “La función del Banco Central es defender la moneda, no contralar la inflación”, se habría defendido Redrado, según voceros parlamentarios. En otros tramos apeló a sus dotes escénicos para repreguntar o ironizar sobre consultas de los legisladores. Marconato le recordó que estaba para contestar, y no para preguntar, y el resto coincidió. “Parece que por no habilitar el fondo del bicentenario me quieren echar los tres”, se victimizó Redrado. “No, yo por otras cosas”, le habría aclarado Prat Gay. El economista vio demasiados elementos para advertir que el Congreso no estaría justamente su mejor defensa. Después se empantanó cuando debió explicar porque para él el decreto presidencial que incumplió no tenía rango de ley, tal como esgrimen en la Casa Rosada. “La ley es algo material, no filosófico”, le replicaba Marconato. Con ese brete, ya justificaba su voto, que de todos modos fue diseñado y argumentado en la Casa Rosada, donde quisieron evitar nuevos pifies jurídicos.

Un dilema político

El martes, en la primera reunión, Cobos demostró que no estaba dispuesto a demorar el trámite, ya que como presidente de la bicameral habilitó las entrevistas para las próximas 48 horas. Hoy planteó que el martes debería haber una definición. Quedó claro que no veía un rédito político en una demora.
“La continuidad de Redrado es insostenible, pero tampoco podemos pedir su destitución por cualquier cosa”, dicen los asesores del vice. Para evitar caer en ese error, están estudiando en detalle las causas por las cuales la bicameral pidió en 2001 la destitución de Pedro Pou. Las reiteradas denuncias de destitución de la presidenta también inciden en la distancia que el vice tomó del economista. Con esos elementos buscará marcar una postura diferente a la del Gobierno, pero que no plantee que Redrado debe permanecer al frente del Banco Central, un matiz nada sencillo.

Con menos de dos meses como diputado, Prat Gay está por primera vez acorralado entre su postura personal y la de su nuevo partido, la Coalición Cívica, y las necesidades de ocasión de Elisa Carrió. Le será muy difícil justificar un voto favorable a la continuidad de Redrado. Hasta hace una semana repitió una y otra vez que no concuerda con la gestión de su sucesor.

Cuando lo tuvo enfrente monopolizó el cuestionario con preguntas ajenas al fondo del bicentenario, el único pecado que le asignó el kirchnerismo. ¿Le respuestas que recibió modificaron su diagnóstico?

Después de la elección legislativa, Carrió trabajó tanto para diferenciarse de los Kirchner como de Cobos, a quien tomó como un competidor para su nueva carrera presidencial. Aunque Prat Gay asegure que su voto será a conciencia, difícil será que la chaqueña acepte quedar pegada a sus enemigos declarados. Quizá, por esa encrucijada, haya sido el único que no garantizó tener su decisión antes del martes. "La posición de mi partido es que quienes integramos comisiones evaluadoras tenemos libertad de conciencia.

Voy a discutir con Elisa Carrió los términos del informe, pero la decisión es personal", se defendió hoy, cuando fue consultado sobre la influencia de su jefa. En los términos a los que hace mención, estará seguramente el tono político aportado por la chaqueña. Al no ser vinculante el contenido y la forma del consejo es motivo de múltiples especulaciones entre los allegados al vice y a Prat Gay, que estudian formas de blanquear una postura que los deje ilesos ante la opinión pública. “El consejo es único, pero puede haber disidencia parcial y total”, aclaró hoy el diputado de la Coalición. Difícil resulta imaginar un escrito coherente con posturas antagónicas, y necesidades políticas tan diversas.


Fuente: La Política On Line

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