ES LA DEFENSA
La reciente polémica entablada entre un variado grupo de dirigentes opositores y oficialistas, sobre el posible uso de las “fuerzas militares” en actividades de control de seguridad interna, es el principio de un debate que entendemos debe darse en forma más amplia, completa y geopolíticamente ajustada a la realidad actual.
Algunos dirigentes optaron por el silencio, y otros apenas hicieron gestos tendientes a evaluar a futuro las probables consecuencias y conveniencias de esto, dejando en evidencia el desconocimiento profundo del tema, un hecho que alcanza a los dirigentes de todo pelaje en esta profesionalizada observación de las necesidades políticas, que se analizan por las demandas de la sociedad y no por las necesidades del país.
Si esta forma de encarar la agenda política basada exclusivamente en el marketing, hubiera sido tenida en cuenta por Nelson Mandela como puede verse claramente en el film “Invictus”, no hubiera logrado su objetivo de unidad nacional. Un líder es elegido para guiar por caminos que no todos tienen la visión de ver.
Variados dirigentes nacionales son consientes que el país no tolera una vuelta de los militares a las calles, pero no es ese enfoque el que debe darse a esta área vital, ya que tanto desde la Sra. Carlotto, hasta la Sra. Pando; deben coincidir en que una política de defensa nacional es prioritaria para toda república que se precie de ser considerada independiente, con posibilidades de ejercer el cuidado de los derechos civiles, y su destino como nación.
Pero cuál es la política de defensa, aquella que se vio en los últimos años donde se decidió que la no política fuera la regla, o la anterior que llevó en los últimos 50 años a que nuestro país pasara de ser un país con una fuerza defensiva acorde a su destino de grandeza, a ser una marioneta sin rumbo al destino de la nada.
La defensa no es determinar que hará el personal uniformado, sino que debemos hacer con las variadas hipótesis de conflicto: terrorismo, narcotráfico, mar continental, derechos antárticos, defensa de las riquezas naturales estratégicas (agua, petróleo, gas), fuentes alternativas de energía (átomo) , presencia en el espectro espacial.
Pocos saben que el I.Ae. 27 Pulqui fue un avión a reacción diseñado y construido en Argentina hacia 1947, primer avión de ese tipo en fabricarse en Latinoamérica, y el noveno en todo el mundo. También en el mismo sentido podemos mencionar otras catástrofes en política de defensa e industria, como el desmantelamiento del astillero Domeq García, uno de los más modernos del mundo; o la suspensión del programa tanques TAM; o la caída de la concesión de la ex Fábrica Militar de aviones a la Lockeed.
Estos son pequeños ejemplos de la industria de defensa nacional, internacionalmente reconocida que ha sido abandonada, y lamentablemente hay muchos más. La decisión política que se ha mantenido en toda esta época, y profundizada con el retorno de la democracia, nos ha hecho perder la posibilidad de encauzar inversión nacional de nuestro presupuesto de defensa, para producir fuentes de trabajo, reactivar pueblos abandonados, y generar una industria nacional.
Es por ello que la seguridad y defensa deben considerarse como responsabilidades de la sociedad como un todo y no sólo de los militares, por lo que se hace imprescindible la formación de civiles en asunto de defensa, así como la integración de civiles y militares en los debates que posibiliten la realización de un programa de defensa nacional integral que sirva definitivamente a las necesidades de la Nación.
Autor: Daniel Madeo - Partido Federal
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