12/5/10

PROVINCIA - SCIOLI DESPIDIÓ A STORNELLI

UNIFICARAN LOS MINISTERIOS
Scioli echó a Stornelli y queda Casal al frente de Seguridad y Justicia
La medida pone punto final a una polémica gestión.
Enviarán un proyecto de ley para reformar el gabinete

En un movimiento previsible pero sorpresivo por sus formas, el gobernador Daniel Scioli decidió ayer separar a Carlos Stornelli del ministerio de Seguridad provincial y fusionar esa cartera con la de Justicia, cuyo ministro, Ricardo Casal, quedará al frente de este área unificada.

Manejada en el marco de un estricto hermetismo, la decisión fue informada ayer oficialmente poco después del mediodía a través de un comunicado en el que se indicó que Scioli había agradecido en una reunión al ministro saliente "por la dedicación puesta al servicio de la Provincia".

Con todo, ni Scioli ni ningún otro funcionario provincial accedió ayer a explicar los motivos que decidieron la salida de Stornelli. Sólo se limitaron a destacar la "importancia estratégica de la unificación de áreas para articular el trabajo de prevención policial, de intervención judicial y de alojamiento penitenciario en un bloque".

Pero más allá de las explicaciones oficiales, el movimiento dispuesto ayer por Scioli fue decidido con el objetivo claro de desplazar a Stornelli de su cargo, en el marco de los serios cuestionamientos internos y externos que venía recibiendo su gestión .

En ese marco, además, se adelantó la decisión de unificar las carteras de Justicia y Seguridad, una convivencia administrativa que tiene antecedentes cercanos: los dos ministerios funcionaron junto durante la gestión de los ex gobernadores Eduardo Duhalde (con León Arslanián a cargo) y Felipe Solá (con Luis Genoud al frente).

La fusión de las carteras deberá ser aprobada ahora por la Legislatura, a donde el Ejecutivo ya envió un proyecto de ley que podría ser analizado hoy por el Senado y sancionado la semana que viene por la Cámara de Diputados. Hasta tanto, Casal seguirá al frente del ministerio de Justicia con Seguridad "a su cargo", especificaron ayer voceros de la Gobernación.

En rigor, Casal se hará cargo de ambas carteras en forma interina el próximo jueves hasta que la Legislatura sancione el proyecto de reforma a la Ley de Ministerios y convalide la fusión propuesta por Scioli.

Al mismo tiempo, se indicó que Stornelli reasumiría en los próximos días -posiblemente el viernes- al frente de la Fiscalía Nº 4 de la capital federal, cargo del que había tomado licencia para desempeñarse en el gobierno provincial.

GESTION Y CRITICAS
Stornelli había asumido al frente de la cartera de calle 2 al inicio de la gestión de Scioli, pero su desempeño había recibido severos cuestionamientos por parte de diversos sectores, desde intendentes oficialistas y opositores hasta foros vecinales de seguridad. Su relación con otros miembros del gabinete y con la Legislatura también atravesó fuertes turbulencias que, según algunas especulaciones que se tejieron ayer, precipitaron su salida.

Pero más allá de los cuestionamientos por el desempeño de la fuerza policial en el combate al delito, el ex ministro también fue cuestionado por sus intervenciones públicas.

De polémicas apariciones mediáticas, Stornelli había denunciado a fines del año pasado la existencia de un presunto complot policial para desestabilizar su gestión cuando aún no se había acallado la polémica por el desempeño policial en el caso de la familia Pomar que marcó la salida del subsecretario de Investigaciones, Paul Starc.

Como se recordará, en esa ocasión el ministerio llevó adelante una intenso rastrillaje en la Ruta 31, donde había sido vista la familia, que desembocó en el hallazgo 24 días más tarde de los cuerpos de la familia. La actuación policial fue calificada por el propio Stornelli como "vergonzosa".

Pero, sobre todo, Stornelli venía recibiendo duras críticas de parte de intendentes que denunciaban que el ex ministro no escuchaba sus reclamos ni sus planteos. Fuera de micrófono, altos funcionarios del Ejecutivo provincial habían reconocido en las últimas semanas que esos gestos de "autonomía" del ex ministro generaban conflictos políticos.

El Senado trata la fusión

El Senado bonaerense tratará en su sesión de esta tarde el proyecto enviado por el Ejecutivo bonaerense para reformar la ley de Ministerios y, de esa forma, dar aval parlamentario a la unificación de las carteras de Justicia y Seguridad anunciada ayer y que dejará a Carlos Stornelli fuera del gabinete de Daniel Scioli.

La ingeniería para lograr la aprobación en el menor tiempo posible de esta ley necesaria para allanar el camino a la asunción de Casal al frente de Justicia y Seguridad comenzó a desplegarse ayer. El propio ministro se reunió con el presidente en funciones del Senado, Federico Scarabino, para anunciarle el envío del proyecto y sondear el aval que podría tener.

Scarabino le confirmó que el oficialismo hará todo su esfuerzo para tratar el proyecto "sobre tablas", y detalló que cuenta con el apoyo de varios referentes de la oposición en esa movida. Referentes de Unión PRO, por caso, ya adelantaron que acompañarán la propuesta. En sentido contrario, desde la Coalición Cívica anunciaron que rechazarán ese proyecto. Pero nadie dudaba ayer en esa cámara que el Frente para la Victoria obtendrá los votos necesarios.

Desde el Ejecutivo esperan que si la norma se sanciona hoy en el Senado pueda ser girada en los próximos días a la Cámara de Diputados, donde podría convertirse en ley la semana entrante.

Fuertes repercusiones

La decisión del gobernador Daniel Scioli de desplazar a Carlos Stornelli del ministerio de Seguridad y nombrar a Ricardo Casal al frente de una cartera unificada con Justicia disparó ayer fuertes repercusiones, entre las que sobresalió la del antecesor en el cargo, León Arslanián, quien aprovechó para lanzar dardos contra el ahora ex ministro a quien tildó de "ineficiente".

En declaraciones periodísticas, Arslanián calificó como positiva la fusión de los ministerios de Justicia y Seguridad, una medida que él mismo había reclamado en numerosas ocasiones cuando se desempeñó al frente del cartera de calle 2 durante la gestión de Felipe Solá.

Arslanián indicó que la unificación de los ministerios servirá si se ejecuta "una reforma transversal que atraviese la Policía; la Justicia y la cárcel", pero advirtió que si sólo se trata de un "mero recurso para sacarse de encima a un funcionario ineficiente" no cree "que traiga grandes beneficios".

En declaraciones radiales, el ministro de Seguridad de la gestión de Felipe Solá criticó que Stornelli "se dedicó a destruir lo que habíamos, con mucho esfuerzo, construido entre la conducción política nuestra; el propio personal policial y la comunidad".

El diputado nacional Francisco De Narváez, en tanto, aprovechó la ocasión para disparar verbalmente contra el gobernador Scioli, a quien convocó a "asumir su responsabilidad y tomar la decisión política de enfrentar en serio a la delincuencia y en especial al narcotráfico".
El ex empresario se mostró escéptico con respecto al impacto de los movimientos de gabinete. "Aunque no creo en cambios de nombres y estructuras, espero que sea el inicio de una política efectiva para luchar contra el delito. En la Provincia tenemos derecho a vivir seguros".
"No se trata de nombres de ministros o de superestructuras, sino de asumir que la inseguridad es una de las principales demandas de la sociedad, algo que Scioli viene negando, escondiendo o minimizando", agregó.
Un cambio largamente meditado

Carlos Stornelli acumuló, a lo largo de sus 29 meses de gestión, reclamos y críticas que partieron desde los más diversos sectores, vinculados a las ineficiencias del servicio de seguridad y, en particular, del funcionamiento de la Policía. Pero todo indica que fue, fundamentalmente, su notoria falta de atención a los pedidos de los intendentes -a veces, en medio de un hecho delictivo de extrema gravedad que movilizaba a la ciudadanía- lo que más pesó en la balanza de Scioli a la hora de resolver su salida.

Que Stornelli no recibiera a los intendentes -que en general querían plantearle pedidos de recursos o medidas para las policías de sus distritos- y ni siquiera los atendiera por teléfono, pasó a ser hace tiempo un dato relevante del funcionamiento del gabinete provincial.

Pero con el tiempo su relación se fue tornando también pésima con otros ministros. Hacía tiempo, por caso, que -tras una discusión- ni siquiera se saludaba con el titular de Desarrollo Social, Cacho Alvarez. Y ya había tenido conflictos duros con el anterior ministro de ese área, Daniel Arroyo, por poner responsabilidades en el área de Minoridad -que depende de esa cartera- en medio de crímenes cometidos por menores.
Sus mayores cruces en el gabinete, con todo, fueron con el ministro de Justicia, Ricardo Casal. La tendencia de Stornelli a ubicar la culpa en otros ámbitos lo llevó a expresar muchas veces durísimas críticas a jueces, en general por la excarcelación de algún sospechoso de un crimen que causaba conmoción, afectando su vínculo con Casal, encargado justamente de llevar adelante la relación del Ejecutivo con la Justicia. Luego, diferencias de criterios sobre algunas medidas profundizaron las controversias entre ambos.

Los primeros chisporroteos directos con el propio Scioli, en tanto, tuvieron que ver con la reticencia de Stornelli a hacerse presente en un barrio que se movilizaba por un crimen, y aún a visitar a la familia de la víctima, a pesar de que el Gobernador le pedía que "pusiera la cara". Luego vendrían las diferencias sobre cuándo cambiar a funcionarios de Seguridad ante deficiencias flagrantes: Scioli pidió relevos por el caso Pomar, en noviembre pasado, y Stornelli recién removió en febrero al subsecretario responsable máximo de los errores en aquel episodio, Paul Starc.

Lo cierto es que a fines del año pasado era un secreto a voces que Scioli buscaba un reemplazante para Stornelli. El ex recaudador Santiago Montoya y el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, rechazaron el ofrecimiento y el Gobernador le anticipó en aquel momento a Casal que se preparara para asumir los dos ministerios. En las últimas dos semanas, finalmente, Scioli dio señales de que maduraba el cambio y anoche resolvió no postergarlo más.
Un final anunciado que logró sorprender

A pesar de que su nombre figuraba desde hacía largos meses a la cabeza de la lista de los recambios de gabinete (ver aparte), la intempestiva salida de Carlos Stornelli del ministerio de Seguridad causó sorpresa ayer a propios y extraños del gobierno de Daniel Scioli. Y disparó una serie de conjeturas sobre la dinámica del capítulo final de esta gestión en el área más caliente del gobierno provincial.

Este movimiento en el gabinete, quizás el más resonante de la actual gestión, mostró algunos desacoples y detalles que marcaron que Stornelli no habría estado al tanto de su salida cuando ésta fue anunciada o habría buscado postergarla.

Así, la comunicación oficial sobre el desplazamiento de Stornelli fue informada poco después de que el ministro convocara a una conferencia de prensa que iba a realizarse en la tarde de ayer para anunciar -según se dijo desde su ministerio- la firma de convenios con empresas de seguridad privada.
Por la mañana, incluso, Stornelli hizo declaraciones en el marco de una entrevista radial en las que pidió "más controles y penas más duras para quienes conduzcan alcoholizados". Movimientos inusuales para un funcionario que sabe que dejará el cargo en las próximas horas o que tiene, al menos, alguna sospecha sobre su continuidad.

Manejada con extremo hermetismo, la información sobre la decisión del Gobernador fue difundida oficialmente a través de un comunicado poco después del mediodía, en términos que dejaron en claro que Stornelli no había renunciado sino que Scioli había resuelto desplazarlo. Y en ese escenario abundaron las especulaciones sobre los últimos movimientos de Stornelli como ministro, que habrían sido al menos tumultuosos.

Así, trascendió que anteanoche, Stornelli habría mantenido, en una reunión con Scioli como testigo, una durísima pelea con su ahora reemplazante, Ricardo Casal, a quien habría acusado de "meterse" en sus asuntos, que habría signado la inmediatez de la salida del titular de Seguridad.
Hubo versiones de fuentes calificadas, también, sobre las razones por las cuales se produjo el "desacople" que mostró a Stornelli llamando a una conferencia de prensa para anunciar una medida "sin saber" que no la podría concretar porque un rato antes de su encuentro con los periodistas sería comunicado su desplazamiento. Según esos trascendidos, en la Gobernación sospecharon que, al tanto de su inminente relevo, Stornelli habría convocado al periodismo para abortar su salida o, eventualmente, anticipar su renuncia y no aparecer como "echado". Por eso, según esa versión, en la Gobernación habrían "apurado" el anuncio de su relevo.
SEGURIDAD Y JUSTICIA
Idas y venidas con dos ministerios clave

Ambas áreas nacieron como una única cartera en 1998. Luego se sucederían las fusiones y divisiones

En un buen reflejo de cómo la seguridad se fue tornando una problemática aguda en las últimas dos décadas, recién a comienzos de los 90 las áreas de Seguridad y Justicia fueron cobrando relevancia estructural en el gobierno de la Provincia, iniciándose también un proceso de marchas y contramarchas sobre si ambas debían o no conformar una única dependencia ministerial.

Históricamente, en la Provincia Seguridad -de la que dependía la Policía bonaerense- y Justicia fueron "apenas" sendas subsecretarías del ministerio de Gobierno. Recién en 1991 el entonces gobernador Eduardo Duhalde decidió "jerarquizar" el área que manejaba la Policía, creando la Secretaría de Seguridad. Dos ex jueces federales, Eduardo Petiggiani -hoy miembro de la Corte bonaerense- y Alberto Piotti, pasaron por ese cargo. Justicia, en tanto, siguió siendo una subsecretaría del ministerio de Gobierno.

El rango de ministerio para el abordaje de estas problemáticas recién fue creado en 1998, cuando, tras la "disolución" de la Policía bonaerense y la intervención de la fuerza a cargo de Luis Lugones, Duhalde creó el ministerio de Justicia y Seguridad, que fue ocupado por León Arslanián. Este, sin embargo, estuvo sólo un año en el cargo, ya que en medio de graves hechos delictivos, el entonces candidato a gobernador del oficialismo, Carlos Ruckauf, pidió a Duhalde y obtuvo el desplazamiento de Arslanián. En pocos meses, hasta fines del 99, se sucederían en esa "megacartera" Osvaldo Lorenzo y Carlos Soria.

Una de las primeras medidas de Ruckauf en la Gobernación, en tanto, fue dividir esa estructura, creando sendos ministerios de Seguridad y Justicia, en los que nombró inicialmente al ex militar Aldo Rico y a Jorge Casanovas.

Al reemplazar a Ruckauf al frente de la Gobernación, Felipe Solá volvió a unificar Seguridad y Justicia en un sólo ministerio, poniendo al frente del mismo a Luis Genoud, actual miembro de la Suprema Corte, quien sería además el último titular de la mega-cartera.

Es que meses después, Solá reemplazó a Genoud por Juan Pablo Cafiero y volvió a dividir la estructura en sendos ministerios de Seguridad y de Justicia. En el primero de ellos se sucederían, durante esa gestión gubernamental, Cafiero, Juan José Alvarez, Raúl Rivara y Arslanián, quien le reclamó sin éxito a Solá que volviera a fusionar las dos carteras, mientras que a cargo de Justicia estuvieron Alfredo Meckievi y Eduardo Di Rocco.

En diciembre de 2007, Daniel Scioli asumió con la decisión de mantener separadas ambos ministerios, designando a Carlos Stornelli en Seguridad y a Ricardo Casal en Justicia. Ayer, él también optó por la fusión, dejando a Casal al frente del remozado megaministerio.

Fuente: Diario El Día

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