SE COMENTA POR LO BAJO
LOS NEGOCIOS DEL KIRCHNERISMO
Los periodistas chasquibun del oficialismo —desde 6,7, Ocho_rros,hasta la banda de Szpolski— estarán sangrando las hemorroides cuando se enteren lo impensado.La diva Susana Giménez y varios empresarios kirchneristas (se dicen almenos dos nombres, Cristóbal López y jerarcas del Grupo Petersen,otros se irán dando los próximos días), acaban de convenir un repartode las tierras más costosas de Punta del Este.
La historia es así: el gobierno de José Mujica autorizó la venta de miles de hectáreas en el lugar más top de Uruguay, Laguna Garzón, a 25kilómetros de José Ignacio.En este tipo de transacciones multimillonarias, el Poder Ejecutivo deUruguay es quien toma algunas decisiones para evitar blanqueos de capitales y evasiones impositivas. Por caso, la gente de Mujica eligió que un escribano de confianza de apellido Pitaluga fuera el encargado de tramitar —junto con los agentes inmobiliarios— los respectivos boletos de compraventa.Pitaluga se encontró con que varios ofertantes solicitaban las mismas tierras, y fue él junto con una inmobiliaria local quien negoció con las partes en disputa para llegar a un acuerdo solemne.
El tema salió a la luz en Punta del Este cuando uno de los agentes inmobiliarios se quejó de no haber recibido su porcentaje del negocio y concurrió ofuscado a la Privada del presidente Mujica.La sangre no llegó al río, pero al menos la información sí.Se sabe que Susana Giménez siguió personalmente con su grupo de asesores las respectivas tramitaciones, pero se sorprendió y estalló en risas cuando supo que estaba negociando con testaferros de poderosos empresarios kirchneristas.Y la frutilla del postre fue que los encuentros en la Argentina para ultimar los detalles del reparto de tierras uruguayas, se realizaron en el séptimo piso del Madero Center, el edificio top donde no solo la presidenta Cristina Fernández, sino otros empresarios K han montado sus fastuosas oficinas.
Ese séptimo piso donde se resuelven las licitaciones y los grandes lineamientos de la economía, ya se denomina“La Rosadita”.Hasta ahora, por lo que se sabe, mientras Susana Giménez desembolsó cerca de 3 millones de dólares por 110 hectáreas en Laguna Garzón, los“príncipes del zarismo kirchneristas” invirtieron 14 millones de dólares. Al ser mayor la suma, tuvieron la opción de elegir terrenos por sobre las pretensiones de Susana Giménez.El sitio es un verdadero paraíso terrenal, un jardín del Edén al que para conservar su esencia, el gobierno uruguayo sigue de cerca quienes son los inversores y cuáles son sus pretensiones, y así evitar que se desmadre el equilibrio ecológico que los uruguayos conservan a cualquier precio.
Extraña coincidencia: 14 millones de dólares que salieron de la Argentina sin que los detecte Guillermo Moreno, parecen ser una cifra fetiche para el kirchnerismo.Tiempo atrás, estos mismos zares “progres” utilizaron para otra compra fastuosa a un hábil estafador que también reside en Puerto Madero. Un negocio inmobiliario que en realidad costaba 4 millones de dólares lo terminaron pagando —vía transferencia bancaria en Uruguay—, 14millones. Cuando se enteraron que el estafador se había quedado con 10 millonesde dólares en su bolsillo lo salieron a buscar con lo más pesado de la mafia policial que hay en el mercado. Pero el tipo decidió quedarse en la Argentina y al mejor estilo Schoklender se hizo mediático, denunció amenazas e ingresó en el jetset de las estrellas y los chimentos. Así supone que por ahora tiene su vida resguardada.
Se comenta que el nombre de este estafador que embocó a los K en 10 millones de dólares sería Leonardo Fariña, el marido de la top model Karina Jelinek (algunas ya la llaman Jelinek, viuda de Fariña).
En el séptimo piso del Madero Center se comenta que cuando la sociedad se acostumbre a la ola de suicidios extraños, a nadie le asombrará verlo a Fariña colgando de un cinturón en algún lujoso apartamento u hotel digno de su estirpe. Faltan días para la llegada de los Reyes, pero el kirchnerismo nos sigue asombrando con sus regalos informativos.
La historia es así: el gobierno de José Mujica autorizó la venta de miles de hectáreas en el lugar más top de Uruguay, Laguna Garzón, a 25kilómetros de José Ignacio.En este tipo de transacciones multimillonarias, el Poder Ejecutivo deUruguay es quien toma algunas decisiones para evitar blanqueos de capitales y evasiones impositivas. Por caso, la gente de Mujica eligió que un escribano de confianza de apellido Pitaluga fuera el encargado de tramitar —junto con los agentes inmobiliarios— los respectivos boletos de compraventa.Pitaluga se encontró con que varios ofertantes solicitaban las mismas tierras, y fue él junto con una inmobiliaria local quien negoció con las partes en disputa para llegar a un acuerdo solemne.
El tema salió a la luz en Punta del Este cuando uno de los agentes inmobiliarios se quejó de no haber recibido su porcentaje del negocio y concurrió ofuscado a la Privada del presidente Mujica.La sangre no llegó al río, pero al menos la información sí.Se sabe que Susana Giménez siguió personalmente con su grupo de asesores las respectivas tramitaciones, pero se sorprendió y estalló en risas cuando supo que estaba negociando con testaferros de poderosos empresarios kirchneristas.Y la frutilla del postre fue que los encuentros en la Argentina para ultimar los detalles del reparto de tierras uruguayas, se realizaron en el séptimo piso del Madero Center, el edificio top donde no solo la presidenta Cristina Fernández, sino otros empresarios K han montado sus fastuosas oficinas.
Ese séptimo piso donde se resuelven las licitaciones y los grandes lineamientos de la economía, ya se denomina“La Rosadita”.Hasta ahora, por lo que se sabe, mientras Susana Giménez desembolsó cerca de 3 millones de dólares por 110 hectáreas en Laguna Garzón, los“príncipes del zarismo kirchneristas” invirtieron 14 millones de dólares. Al ser mayor la suma, tuvieron la opción de elegir terrenos por sobre las pretensiones de Susana Giménez.El sitio es un verdadero paraíso terrenal, un jardín del Edén al que para conservar su esencia, el gobierno uruguayo sigue de cerca quienes son los inversores y cuáles son sus pretensiones, y así evitar que se desmadre el equilibrio ecológico que los uruguayos conservan a cualquier precio.
Extraña coincidencia: 14 millones de dólares que salieron de la Argentina sin que los detecte Guillermo Moreno, parecen ser una cifra fetiche para el kirchnerismo.Tiempo atrás, estos mismos zares “progres” utilizaron para otra compra fastuosa a un hábil estafador que también reside en Puerto Madero. Un negocio inmobiliario que en realidad costaba 4 millones de dólares lo terminaron pagando —vía transferencia bancaria en Uruguay—, 14millones. Cuando se enteraron que el estafador se había quedado con 10 millonesde dólares en su bolsillo lo salieron a buscar con lo más pesado de la mafia policial que hay en el mercado. Pero el tipo decidió quedarse en la Argentina y al mejor estilo Schoklender se hizo mediático, denunció amenazas e ingresó en el jetset de las estrellas y los chimentos. Así supone que por ahora tiene su vida resguardada.
Se comenta que el nombre de este estafador que embocó a los K en 10 millones de dólares sería Leonardo Fariña, el marido de la top model Karina Jelinek (algunas ya la llaman Jelinek, viuda de Fariña).
En el séptimo piso del Madero Center se comenta que cuando la sociedad se acostumbre a la ola de suicidios extraños, a nadie le asombrará verlo a Fariña colgando de un cinturón en algún lujoso apartamento u hotel digno de su estirpe. Faltan días para la llegada de los Reyes, pero el kirchnerismo nos sigue asombrando con sus regalos informativos.
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