Scioli junto a su gabinete. El Gobierno enfrenta una compleja situación financiera para los próximos meses
El verano pasó, como pasaron los megarecitales playeros en los que Scioli DILAPIDÓ muchos millones del erario provincial que bancamos entre todos los bonaerenses. Ahora llega el inevitable momento de PAGAR LA FIESTA, EL AUTOBOMBO y la demagogia . Lo lamentable es que via impuestos este desquicio lo vamos a tener que pagar , como siempre, los vecinos .
Para afrontar el gasto básico del año, la Gobernación necesita tomar prestados unos $11 mil millones, en mercados complejos y con la relación política con la Casa Rosada complicada
Los rumores en boga reflejan la gravedad que ha alcanzado el sofocón económico-financiero que atraviesa la provincia de Buenos Aires. En no pocos ámbitos se da como un hecho un inminente desdoblamiento del pago de los sueldos al medio millón de docentes y empleados y el regreso del patacón como medio de pago del Estado bonaerense. Pero aunque esas calamidades podrían aún ser evitadas, la realidad indica que la asfixia por falta de fondos se ha tornado crítica para la administración de Daniel Scioli, y el paso de los días, lejos de aportar soluciones acarrea mayores dificultades para encontrar vías de alivio.
Aunque las cuentas son bastantes más complejas, la situación se resume, en principio, en un número: a la Provincia le faltan unos 16.600 millones de pesos para poder afrontar los gastos esenciales de este año, esto es, pago de sueldos, insumos y servicios para su funcionamiento básico, vencimientos de deudas y un modesto plan de obra pública previsto.
ROJO SHOCK
Ese nivel de déficit es, por sí solo, preocupante. Implica que a la Administración le están faltando fondos para cubrir el 14% del monto total de gastos calculado en el Presupuesto de este año, que se ubica en 113.852 millones de pesos y está prácticamente acotado, como se dijo, a las erogaciones necesarias para su funcionamiento, sin grandes inversiones.
En la Gobernación sacan cuentas y estiman que ese “rojo” podría resultar en la práctica algo menor. Los niveles de recaudación de este año indican que los ingresos podrían ser superiores a los presupuestados en unos 1.000 millones por los tributos provinciales y en otro tanto por la coparticipación federal de gravámenes.
Aún así, la necesidad de financiamiento para el año superará los 14.600 millones de pesos. Y para seguir achicando esa cifra ya habrá que echar mano al famoso y temido “ajuste”. De hecho, se evalúa la opción de dejar para mejores tiempos la realización de la mitad de las obras presupuestadas por un total de 8.000 millones para este año.
Pero en ese punto se agotan las restas posibles al “rojo”, de modo que los cálculos más optimistas indican que, en el mejor de los casos -y ya postergando obras-, la Provincia necesitará tomar prestado “en algún lado” un monto cercano a los 11.000 millones de pesos. Dicho de otra manera, el Estado bonaerense deberá asumir nuevas deudas por ese monto.
DONDE HAY UN MANGO
Y a esa altura del diagnóstico aparece la otra cara del problema. ¿Dónde obtener ese financiamiento?
Cuando se elaboró el Presupuesto, a fines del año pasado, las cuentas de la Gobernación decían que buena parte del déficit podía ser cubierta por dos vías: unos 5.000 millones de pesos podían obtenerse mediante un préstamo del gobierno nacional -que ya el año pasado le había acercado auxilio por ese monto-, y casi otro tanto podía conseguirse en el mercado internacional mediante la emisión de un bono por 1.000 millones de dólares (un mecanismo ya utilizado con éxito en el 2011, cuando se colocaron títulos en Nueva York y Europa).
La autorización al Ejecutivo, incluida en la Ley de Presupuesto, para tomar fondos a corto plazo en el mercado interno por 3.000 millones de pesos mediante la colocación de Letras de Tesorería, completaba un esquema que parecía asegurar las fuentes de financiamiento para transitar un año duro pero esquivando una situación de crisis.
Sin embargo, casi consumida la mitad del año, la toma de fondos en el mercado externo aparece como una vía imposible y la asistencia financiera de la Nación surge como una alternativa cada vez más complicada, tanto por razones políticas como “técnicas”. Así, de dos golpes, la administración Scioli ve tambalear casi 10.000 millones de financiamiento que creía seguros.
En este contexto, el ajuste impositivo impulsado por el Ejecutivo ha pasado a ser crucial aunque sólo aporte un alivio.
En ese proyecto se establecen aumentos en los impuestos a los Ingresos Brutos, a los Sellos y al Inmobiliario Rural -por la vía de un revalúo que eleva la base imponible de ese tributo. Con esos cambios se calcula incrementar la recaudación provincial de este año en unos 1.000 millones de pesos. Y se eleva la autorización para emitir Letras de Tesorería por otros 2.000 millones de pesos, redondeando así la posibilidad de conseguir financiamiento por 5.000 millones mediante ese mecanismo.
Pero esta vía aparece por ahora empantanada. El revalúo previsto provoca un duro rechazo del campo, que se ha expresado en varias marchas a la Legislatura, y aunque el proyecto alcanzó a ser aprobado en el Senado con apoyo opositor, el oficialismo no consigue el quórum necesario para tratarlo en Diputados.
Mientras tanto, la Gobernación comenzó en la última semana a utilizar otra alternativa: la toma de financiamiento en el mercado interno. Lo hizo colocando el primer tramo, por 225 millones de pesos, de un bono previsto para captar en total unos 1.120 millones de pesos. Y esta primera emisión mostró que el sistema financiero nacional está dispuesto a prestarle fondos a la Provincia aunque a un costo alto.
Otra alternativa de financiamiento posible es postergar pagos de este año a los proveedores por 2.000 millones de pesos mediante la emisión de un bono para ese fin puntual. Por lo pronto, hace algunas semanas, la Gobernación canceló con bonos deudas del 2011 con grandes proveedores por 500 millones.
CONTEXTO CRITICO
En suma, obligado a conseguir varios miles de millones prestados, el gobierno bonaerense afronta además esa necesidad en un contexto adverso. El mercado internacional virtualmente cerrado para la Argentina, un mercado interno “caro” para la Provincia, y una administración nacional que comenzó a afrontar sus propias dificultades financieras componen un cuadro crítico.
Por lo demás, el agudo déficit bonaerense dista de ser una novedad. El Estado provincial sobrelleva más de una década de saldos en rojo y consecuentes endeudamientos que se van agravando en cada ejercicio. Y no es, tampoco, una excepción en el paisaje general. La mayoría de los municipios bonaerenses afrontan también déficits crónicos y se encuentran este año hasta con serias dificultades para pagar los sueldos. Y varias provincias ingresaron en procesos de asfixia. Dos -Entre Ríos y Santa Cruz- ya tuvieron que desdoblar el pago de sueldos; Córdoba evalúa emitir cuasi-moneda y otros Estados se están endeudando para pagar gastos corrientes.
Pero no ser una excepción no es un consuelo para la Provincia. Por el contrario, las dificultades de los demás tornan aún más difícil la obtención de financiamiento, entre otros, el que podría proveer el gobierno nacional.
Y LOS MUNICIPIOS ?
En este complicado contexto económico que atravieza el gobierno provincial resulta MUY COMPLICADA la situación de los municipios que se han convertido en dependientes de los aportes de Nación y Provincia .
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