17/11/08

LAS CAJAS DE SCIOLI

Los que lo conocen hace años afirman que al Gobernador le interesan fundamentalmente dos cosas: las cajas y la imagen. “Gestión?: bien gracias, para qué, si después es todo lo mismo.” Suele repetir en la intimidad de su lujosa casa en el barrio de Tigre a la que accede exclusivamente por helicóptero.Un colaborador que está hace tiempo junto a él, pero que mucho no lo quiere, suele repetir: “No para un segundo de pensar en la guita. Nunca pudo ser un empresario exitoso y por eso está tan frustrado. Ahora con la política quiere conseguir lo que no pudo en el sector privado. Desconfía de todos todo el tiempo, por eso prefiere no hacer las cosas antes que pensar que no lo incluyeron a él en el negocio.

El único momento donde se pone a pensar en otra cosa es cuando arma las operaciones de prensa, eso es lo que más le gusta y lo único que sabe hacer bien....Desde que es gobernador y maneja caja está descontrolado, puertos, juego, obra pública, créditos, lo quiere todo...Tiene la teoría que hay que sumar mientras dure y después vemos”.

A esta altura está claro que el suyo es un gobierno fracasado. A casi un año de haber asumido como no ha podido resolver ninguno de los problemas que el electorado reclama con urgencia: seguridad, salud, educación, infraestructura y políticas activas brillan por ausencia, y por más carteles que inaugure y anuncios ficticios que realice, la gente no es tonta y ya todos se dieron cuenta que este es un grupo de especialistas en make up pero sin ninguna capacidad (y hoy ya muchos dudas que haya verdadero interés) en la gestión.

Pero lo que mucha gente no sabe (aunque son cada vez más los testigos que hablan y podrían llegar a hacerlo en futuras causas penales fruto de la torpeza y la ambición desmedida) es que el Gobernador ha dedicado mucho de su tiempo en poner a funcionar las cajas que le reporten el tan deseado flujo negro que la política argentina requiere si se pretende aspirar a niveles cada vez más altos de gobierno y poder. Y en el manejo de esas cajas ha colocado a un variopinto conjunto de personajes, parientes, colaboradores, amigos y socios. Es una especie de club cuyos integrantes presentan con rasgos comunes. Todos ellos son inescrupulosos, hombres de la política subterránea, incapaces de gestionar nada más que sus propias cuentas bancarias, faltos de equipo y experiencia, y en su gran mayoría con causas penales o denuncias concretas. Se mueven sin remordimientos ni disimulo por los despachos, y la impunidad con se manejan es a veces asombrosa. Pero es justamente esta impunidad la que está comenzando a filtrar cada vez con más frecuencia los negocios turbios del club.

Pero, ¿Cuáles son la cajas de las que hablamos?, y lo más importante ¿Quiénes y cómo las manejan? Valijas aportadas por grupos de laboratorios cuyo intermediario es un conocido empresario periodístico que influyó decisivamente en el nombramiento de un ministro...si, acertó, relacionado con la temática. Paquetes aportados por el juego que maneja un oscuro personaje que suele andar armado y con custodios como si fuese Al Capone, aportes de proveedores deseosos de cobrar pero que para hacerlo deben aportar a la corona del Rey, intermediados por su desaforado hermano y su inefable contador general, aportes generosos de ejércitos de ñoquis organizados en la sede del ministerio político, para lo cual utilizan inexistentes actividades con universidades y empresas que no prestan ningún servicio, etc, etc, etc. Cualquiera de estas, y muchas otras que iremos develando de a poco, son estrategias válidas para sumar a la causa.

El descontento entre intendentes, legisladores, funcionarios y empresarios es absoluto. Nada puede resolverse, y el Rey cree que todo puede arreglarse con la prensa sumisa y genuflexa. Ni la seguridad, ni la salud, ni la educación, ni la infraestructura, solo hay interés por la caja y los negocios, y eso no deja tiempo para nada más. La paciencia de muchos se está agotando, incluso hay quienes dicen que la mayor parte de los intendentes que dialogan con la Presidente y su esposo pidieron su cabeza: “Hasta hoy nos lo bancábamos porque medía bien, pero ahora ni eso, y además tenemos que soportar que nos trate de boludos y nos haga atender por sus choferes disfrazados de ministros”.

Pero lo más importante: La paciencia de los ciudadanos está agotándose.
Los papelones del Gobernador hablando con un chico atado, su impresentable política de seguridad que permite muertos y asaltos ya descontrolados, la inexistente política social que reproduce pobres e indigentes, la inoperancia de un gabinete que no es capaz siquiera de construir una escuela o un hospital, o el más reciente desfachatado negocio de la Copa de Tenis en la Ciudad Felíz están cansando a un pueblo agobiado por los delincuentes, la economía que no funciona y un estado ausente y corrupto.

FUENTE : MIRADOR NACIONAL

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