POLÍTICA - LA CRISIS DE LAS RESERVAS

LOS LÍMITES DEL VICEPRESIDENTE PARA SEGUIR SIENDO OPOSITOR Y OFICIALISTA
Cobos jaqueado por el eje Carrió-Alfonsín y las amenazas de Kirchner

La crisis de las reservas dejó heridos en ambos bandos. Julio Cobos es un caso. Se retiró los últimos días a Mendoza para reponerse del deterioro sufrido en la última quincena en dos escenarios: la interna de la UCR y su rol como presidenciable.

Cuando la juez María José Sarmiento suspendió el DNU que creaba el Fondo del Bicentenario y repuso a Martín Redrado en la presidencia del BCRA, Cobos vio la oportunidad de treparse a la cresta de la ola. Convocó a la Comisión de Labor Parlamentaria, insinuando que el Senado se autoconvocaría para rechazar el cuestionado DNU. Pero luego retrocedió rápidamente hacia el bajo perfil. Kirchner le habría hecho saber que, si seguía adelante, trascenderían viejos asuntos ocurridos durante su gestión como gobernador de Mendoza .Públicamente, se sublimó la advertencia, hablando de un supuesto pedido de juicio político (intrascendente, porque requiere el voto de los dos tercios de los miembros de las cámaras).

En su retirada, el Vicepresidente dejó en claro que, durante la próxima estadía de CFK en el exterior, él de ningún modo convocaría el Congreso. Los riesgos del repliegue están ahora a la vista. ¿Cómo quedaría Cobos si la mayoría opositora en Diputados decide finalmente autoconvocarse y reúne los 139 votos necesarios? En este caso, el mendocino tendría que ponerse a la cabeza del Senado para salvar su imagen de candidato opositor y arriesgarse a que los Kirchner pasen a un nivel superior del juego. Si opta en cambio por preservar su rol institucional y permanece neutral, podría pagar un costo altísimo en una opinión pública volcada hacia el antikirchnerismo.

Por primera vez, Cobos sufre los límites de ser a la vez opositor y oficialista. La plana mayor radical, lejos de solidarizarse con su presidenciable, le destinó frases amargas. Ernesto Sanz sentenció que “la UCR no es un club de fans de Cobos” y Ricardo Alfonsín se acordó de que le gustaría ser candidato a Presidente.

Es sabido que la dirigencia radical desconfía de los dirigentes que juegan por afuera de las reglas centenarias del partido. Pero además, el fallido rol de Cobos en la crisis de las reservas pone en duda que pueda mantener su doble rol mucho tiempo más.

La renuncia: un salto sin red

El plan del Vicepresidente era aparentemente renunciar lo más tarde posible, casi al comenzar la campaña electoral, para seguir volcando su alto perfil institucional a favor de su candidatura. Pero la realidad va por otro lado. En teoría falta un año y medio para que se inicie la campaña electoral y ya estamos en plena crisis institucional. Si cada vez que el gobierno y la oposición chocan, Cobos termina recluyéndose en Mendoza criticado por los propios radicales, su carrera presidencial correría serio peligro. Pero abandonar la vicepresidencia es también un riesgo grave. Carlos Chacho Álvarez le tiró la renuncia en la cara a Fernando de la Rúa pensando seguramente que se convertiría en la gran figura política nacional y dos meses después pocos recordaban su existencia. El síndrome de Chacho Álvarez persigue a Cobos tanto como las amenazas de los Kirchner.

Carrió y Ricardo Alfonsín

Los anticobistas no escasean en el Acuerdo Cívico y Social. Elisa Carrió y un amplio grupo de dirigentes de la UCR bonaerense creen que hay que lanzar lo antes posible la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín, porque Cobos va a terminar desgastado por su doble rol de oficialista y opositor. Las encuestas hasta ahora no muestran signos de caída, pero con tanto tiempo por delante la tendencia puede cambiar. Sanz y Gerardo Morales pendulan entre el vicepresidente y Alfonsín, pero no les disgusta la idea de bajarlo a aquél del caballo mediante la instalación de otro precandidato radical. Un Cobos con menos pretensiones sería mas fácil de controlar para la conducción radical.

Curiosamente o no tanto, son los Kirchner los que más aire le dieron últimamente al Vice, mediante el procedimiento de ungirlo como el máximo líder de la supuesta gran conspiración -nacional e internacional- para voltear al gobierno.

Autor: Carlos Tórtora - Fuente: Informador Público