Villa Soldati, tierra de nadie
Por: Enrique Breccia
Estos hechos no parecen tener la suficiente entidad para figurar en los cables de Wikileaks, pero sin embargo los episodios de Villa Soldati muestran la punta de un iceberg en el que la creciente violencia social forma parte de las tres cuartas partes que aún, pero por poco tiempo, todavía permanecen ocultas y ninguneadas por las autoridades.
Por parte de Macri, la carencia de una política capaz de solucionar el déficit habitacional endémico de la capital federal, y por el lado del gobierno nacional, las vacilaciones para emplear el legítimo patrimonio de la fuerza del Estado a fin de proteger las vidas de los que quedaron en medio de una guerra larvada entre grupos narcos por la ocupación de “territorio”.
Las acciones “políticamente correctas” del gobierno de la ciudad y del nacional ya costaron tres vidas.
En una maniobra inversa, la ciudad se “suburbaniza” con inmigrantes paraguayos, bolivianos y peruanos que suman su desarraigo al de los argentinos del interior. Somos un país de fronteras abiertas y soluciones cerradas en lo laboral y social para los que migran desde nuestras provincias y los países limítrofes hacia las grandes urbes.
El orden y la ley que no se atreven a aplicar los que tienen la ineludible obligación institucional de hacerlo, son reemplazadas por las del narco que necesita un territorio ordenadamente disciplinado para desarrollar sus actividades.
Desprovistos del lastre “ideológico” que paraliza a nuestra dirigencia política, imponen a sangre y fuego su propio “código penal”, y prohijados por altos funcionarios, avanzan y se cartelizan mientras los políticos se miran absortos el ombligo.
Villa Soldati es el Guernica del narco en pequeña escala. Ésto último sólo por ahora.
Autor: Enrique Breccia
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