27/9/09

LEY DE MEDIOS - TERRABUSI y ONCCA

Los culebrones del kirchnerato

Cuando Gabriel Mariotto comenzó a emular al inolvidable Fidel Pintos para tratar de responder la pregunta del senador radical Juan Carlos Marino sobre en qué punto de la ley oficial de medios se prohibía expresamente que cualquier contratista del Estado pudiera ser adjudicatario de una nueva licencia, la careta del pretendido negociado kirchnerista para entregar a sus amigos el derecho a la información ciudadana, el debate parlamentario tuvo su primer knout técnico.

Mariotto, al borde del tartamudeo decía cualquier cosa y cada vez se hundía más. La seguridad de Marino le puso ejemplo con nombre y apellido a la maniobra: Electro-Ingeniería con Radio del Plata. Y el agradecimiento final del senador radical por haberle aclarado su duda y descubierto el engendro legislativo oficial obligó a que senadores kirchneristas salieran a decir nada mientras al interventor del COMFER aún no recuperadaza la conciencia tras el cross a la mandíbula.

Cuando había regresado al lugar tan odiado por el oficialismo, minutos después que lo habían levantado de la “lona parlamentaria”, otro radical, y presidente de la U.C.R., Gerardo Morales le preguntó al golpeado funcionario por qué la Televisión Pública había televisado su discurso y cuando la senadora María Eugenia Estensoro, de la Coalición Cívica, comenzaba a formular sus dudas, en la pantalla de Canal 7, aparecieron subrepticiamente dibujos animados.

Ahí sí, ya Mariotto había tirado la toalla y sus adulones le pasaban hielo y vaselina en su deformada cara por la golpiza de la verdad. Y aunque Tristan Bauer, titular del medio oficial trató de justificar lo injustificable, sólo algo dejó claro: que si este engendro chavista se hace ley, deberemos sintonizar como en viejas épocas Radio Colonia.

Tan claro y simple fue el descubrimiento parlamentario sobre el ardid oficial, que el vicepresidente provisional del Senado, el ex médico familiar de los Duhalde José Pampuro, admitió que la ley vendida de Diputados sufriría cambios importantes en el Senado.

Y hablar de cambios importantes implica nada más que hablar de respetar los derechos adquiridos por sus actuales licenciatarios; el aumento del plazo para desprenderse de sus actuales derechos confirmados por Néstor Kirchner en 2007 por 10 años, revisar los contenidos como forma de evitar la direccionalidad de la información y cambiar sustancialmente la composición de la autoridad de aplicación para evitar que algún heredero de Néstor Paulino tato, censor del régimen segunda parte (1973-1976), que luego fuera confirmado por el proceso militar por su eficiente forma de censurar.

Esta semana continuarán las audiencias y sin dudas se aumentarán las brechas entre el “ser” y el “deber ser”.
Quedarán demarcadas las mentiras de la demagogia frente al deseo que la democracia nos precie de una ley superior a la 22.285.

Al propio Miguel Pichetto le cuesta más armar su desvencijada tropa que para la “guerra gaucha” en que el “voto Cleto” dirimiera en beneficio de la verdad. Hasta el propio senador kirchnerista Guillermo Jeneffes, esposo de la titular de un multimedios jujeño, les ha marcado la cancha. “La ley tal como viene de Diputados no la voto".

Y muchos senadores oficialistas tampoco se incinerarán a sólo dos meses en que la composición de las cámaras legislativas les demuestren al kirchnerato que la omnipotencia de hace seis años fue enterrada por el pueblo el 28 de junio.

Claro que si la ley es aprobada por el Senado con modificaciones de la proveniente de Diputados, necesitará los dos tercios de los votos...Es decir, no será aprobada y abrirá para el régimen su grieta más profunda antes del 10 de diciembre.

Nadie quiere hundirse junto a una nave sin brújula con destino a estrellarse contra el glaciar Perito Moreno.

Pero como si algo les hubiera faltado a Bonnie & Clyde, el enfrentamiento de los trabajadores de Kraft-Terrabusi el viernes pasado ante una policía que no reprimía tan brutalmente desde el triste episodio que les costara la vida a Kostecky y Darío Santillán en el Puente Avellaneda, y a Duhalde –padrino del régimen- el adelantamiento de las elecciones presidenciales por haber perdido su base de sustentación para movilizar el golpe de Estado contra De la Rúa, los piqueteros, ahora las sombras de la insurrección social también llegan a las puertas de los Kirchner.

La izquierda más combativa, que supo ser seducida por el pretenso tirano ante su sobreactuación en política de Derechos Humanos al comenzar su gestión, ahora promete para la semana que se inicia todo tipo de movilizaciones y cortes en protesta no sólo de los despidos en esa empresa, sino de los incumplimientos de planes sociales prometidos al comienzo de esta maldición cívica llamada “gobierno nacional y popular”.
Pero si alguno podrá defenderlos en el juicio de la historia, y probablemente en la celda contigua, serán Julio De Vido, Ricardo Echegaray (con sus subsidios millonarios otorgados como titular de la ONCCA a emprendimientos inexistentes, Juan José Zanola (a) “el Doctor Cureta” o Ricardo Jaime quien tiene fecha límite otorgada el 30 de septiembre para retirar el Lear Jet de los hangares del Aeropuerto de Montevideo en cumplimiento de normas aeronáuticas internacionales.

Seguramente, en lugar de Jaime, se presentará el humilde obrero titular de la empresa propietaria de la aeronave valuada en U$S 4 millones o la nave usada naturalmente por el ex Secretario de Transportes se convertirá en “res nullius” (cosa de nadie), justamente para lograr que nadie quede pegado.

Pero cada día que sucede en la segunda parte del kirchnerato afianza aún más el “juicio de residencia”.
Ese juicio que ya ha comenzado, aunque tarde en llegar tiene fecha límite: 11 de diciembre de 2011.

Ese día muchos enriquecidos ilícitamente durante este triste lapso de más de seis años, negarán haber conocido al “amo del feudo” o a “la reina de Tolosa”.

Seguramente tampoco los visitarán a sus nuevos domicilios de paredes grises.
Todo llega.
Autor: Humberto Bonanata
Buenos Aires, Septiembre 27 de 2009

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