Crece la incertidumbre
Los números cada vez más bajos en las encuestas y la pérdida de poder interno en la UCR, sumergen al cobismo en fuerte debate a su interior sobre los pasos a seguir. Por qué en muchos lugartenientes del vicepresidente están preocupados de que se baje de las ilusiones presidenciales para ser gobernador en Mendoza
Tras la jornada del 17 de julio del 2008, cuando Julio Cobos votó en forma “no positiva” la iniciativa K para las retenciones a los productores agropecuarios, todo hacía pensar que el mendocino se conducía directamente a la presidencia de la Nación, ya que las encuestas lo mostraban como la persona con mayor imagen positiva e intención de voto en toda la Argentina.
Ante esta situación, y con la relación del vicepresidente rota con el matrimonio presidencial, en la Unión Cívica Radical se dispuso un proceso de reconciliación con Cobos para atraerlo nuevamente hacia el partido y de esa manera poder volver a poner al centenario partido en los primeros planos de la política nacional, lugar que había perdido luego de la patética experiencia de la Alianza con Fernando de la Rúa a la cabeza.
La muerte del ex presidente Raúl Alfonsín hizo resurgir al radicalismo de las cenizas tal cual el Ave Fénix, y la posta de ese pensamiento renovador que había tenido la UCR a comienzos de los años ’80 con el chascomusense a la cabeza, fue tomada por su hijo, Ricardo Alfonsín, quien se ha convertido en la nueva figura de la política nacional.
La consecuente pérdida de popularidad que ha sufrido Cobos a lo largo del tiempo, pasando de casi el 80 por ciento en julio del 2008 a rondar menos de 50 puntos porcentuales por estas horas, más la unión del radicalismo tradicional detrás de una figura y un programa que interprete mejor el sentir del radicalismo, ha puesto al vicepresidente ante una gran disyuntiva sobre su futuro político.
En las últimas horas pudo conocerse que uno de los puntos de encuentro alcanzados por Cobos y Alfonsín en su reunión del sábado pasado para conciliar un espacio común en el radicalismo de cara al futuro, es que se realizarán todo tipo de encuestas de aquí al mes de marzo con los más prestigiosos y encomiables consultores de la Argentina , de los que no se puede dudar su independencia política, y de acuerdo a lo que se diga en esos números, a fines del primer trimestre del 2011 se decidirá quién será el candidato racial para el 2011. Además, se decidió en forma conjunta que aquel que quede segundo en esos sondeos bajará a pelear por la gobernación en cada una de sus provincias, es decir, Julio Cobos lo haría en Mendoza y Ricardo Alfonsín en Buenos Aires.
Este acuerdo ha puesto los pelos de punta en varios de los sectores cercanos al vicepresidente, que ven en esto una especie de recule ante el poderío alfonsinista mostrado en las últimas semanas, y como el reconocer que la principal fuerza está en su rival y no en uno mismo, con lo que piensan que será difícil recuperar territorio de cara al futuro.
Los números que muestran últimamente las encuestas ponen nervioso al vicepresidente, que ve como a pesar de los esfuerzos que viene manteniendo para separarse de su figura de hombre tímido no dispuesto a tomar grandes decisiones que se da en muchos medios de comunicación, la sociedad no logra asimilar su mensaje y toma los del alfonsinismo, que desde hace tiempo vienen peleando para que el mendocino no tome las riendas del centenario partido.
A pesar de seguir manteniendo un alto nivel de imagen positiva y una negativa que no llega al 25 por ciento, Cobos todavía no ha podido entrarle al electorado clásicamente radical, sino que más que nada llega al voto independiente, justo aquel que le podría dar la victoria en caso de una interna abierta contra Ricardo Alfonsín, pero que no le sirve para hacer ganar en las internas partidarias a los candidatos de su sector.
El caso del mendocino suele demostrar cabalmente lo que desde hace tiempo vienen manifestando gran cantidad de encuestadores y analistas de la realidad nacional, quienes mencionan que la alta imagen positiva de Cobos no se traduce en votos hacia su persona o hacia los candidatos que él apoya, y las causas que suelen esgrimir a la hora de explicar el por qué de esta situación, la primera que dicen es que su personalidad poca predispuesta al enfrentamiento y más tendiente al diálogo, lo muestran ante mucha gente como una persona sin el carácter suficiente para estar al frente de cargos tendientes a la toma de decisiones inmediatas.
Ya son muchos los hombres que están a su lado que dejan trascender por lo bajo que cada día crece más el rumor de que si no llega a suceder algo extraordinario de aquí a marzo que logre posicionar a Cobos en la ciudadanía, lo más probable es que en vez de pelear por el sillón de Rivadavia, se lo encuentre más cerca de pelear otra vez por la conducción de la provincia cuyana.
El radicalismo más conservador y que es fiel a los postulados de Leandro N. Alem, opta ante la polaridad que se ha dado entre Alfonsín y Cobos, por el hijo del ex presidente, que de esta manera se despega de su rival más inmediato para pelear por la candidatura presidencial del centenario partido, y poniéndole más presión al mendocino para que se decida si entra de lleno a la interna partidaria, renunciando de esa manera al cargo que ocupa actualmente.
Un panorama complicado el que se le presenta a Julio Cobos en sus ambiciones presidencialistas, con números cada vez más bajos en los sondeos y con colaboradores que sienten que cada día se acerca más la posibilidad de bajarse de la candidatura presidencial para pasar a pelear la gobernación mendocina, lo que debilitaría aún más las chances que tiene el vicepresidente de acercar posiciones con el electorado independiente.
Ante esta situación, y con la relación del vicepresidente rota con el matrimonio presidencial, en la Unión Cívica Radical se dispuso un proceso de reconciliación con Cobos para atraerlo nuevamente hacia el partido y de esa manera poder volver a poner al centenario partido en los primeros planos de la política nacional, lugar que había perdido luego de la patética experiencia de la Alianza con Fernando de la Rúa a la cabeza.
La muerte del ex presidente Raúl Alfonsín hizo resurgir al radicalismo de las cenizas tal cual el Ave Fénix, y la posta de ese pensamiento renovador que había tenido la UCR a comienzos de los años ’80 con el chascomusense a la cabeza, fue tomada por su hijo, Ricardo Alfonsín, quien se ha convertido en la nueva figura de la política nacional.
La consecuente pérdida de popularidad que ha sufrido Cobos a lo largo del tiempo, pasando de casi el 80 por ciento en julio del 2008 a rondar menos de 50 puntos porcentuales por estas horas, más la unión del radicalismo tradicional detrás de una figura y un programa que interprete mejor el sentir del radicalismo, ha puesto al vicepresidente ante una gran disyuntiva sobre su futuro político.
En las últimas horas pudo conocerse que uno de los puntos de encuentro alcanzados por Cobos y Alfonsín en su reunión del sábado pasado para conciliar un espacio común en el radicalismo de cara al futuro, es que se realizarán todo tipo de encuestas de aquí al mes de marzo con los más prestigiosos y encomiables consultores de la Argentina , de los que no se puede dudar su independencia política, y de acuerdo a lo que se diga en esos números, a fines del primer trimestre del 2011 se decidirá quién será el candidato racial para el 2011. Además, se decidió en forma conjunta que aquel que quede segundo en esos sondeos bajará a pelear por la gobernación en cada una de sus provincias, es decir, Julio Cobos lo haría en Mendoza y Ricardo Alfonsín en Buenos Aires.
Este acuerdo ha puesto los pelos de punta en varios de los sectores cercanos al vicepresidente, que ven en esto una especie de recule ante el poderío alfonsinista mostrado en las últimas semanas, y como el reconocer que la principal fuerza está en su rival y no en uno mismo, con lo que piensan que será difícil recuperar territorio de cara al futuro.
Los números que muestran últimamente las encuestas ponen nervioso al vicepresidente, que ve como a pesar de los esfuerzos que viene manteniendo para separarse de su figura de hombre tímido no dispuesto a tomar grandes decisiones que se da en muchos medios de comunicación, la sociedad no logra asimilar su mensaje y toma los del alfonsinismo, que desde hace tiempo vienen peleando para que el mendocino no tome las riendas del centenario partido.
A pesar de seguir manteniendo un alto nivel de imagen positiva y una negativa que no llega al 25 por ciento, Cobos todavía no ha podido entrarle al electorado clásicamente radical, sino que más que nada llega al voto independiente, justo aquel que le podría dar la victoria en caso de una interna abierta contra Ricardo Alfonsín, pero que no le sirve para hacer ganar en las internas partidarias a los candidatos de su sector.
El caso del mendocino suele demostrar cabalmente lo que desde hace tiempo vienen manifestando gran cantidad de encuestadores y analistas de la realidad nacional, quienes mencionan que la alta imagen positiva de Cobos no se traduce en votos hacia su persona o hacia los candidatos que él apoya, y las causas que suelen esgrimir a la hora de explicar el por qué de esta situación, la primera que dicen es que su personalidad poca predispuesta al enfrentamiento y más tendiente al diálogo, lo muestran ante mucha gente como una persona sin el carácter suficiente para estar al frente de cargos tendientes a la toma de decisiones inmediatas.
Ya son muchos los hombres que están a su lado que dejan trascender por lo bajo que cada día crece más el rumor de que si no llega a suceder algo extraordinario de aquí a marzo que logre posicionar a Cobos en la ciudadanía, lo más probable es que en vez de pelear por el sillón de Rivadavia, se lo encuentre más cerca de pelear otra vez por la conducción de la provincia cuyana.
El radicalismo más conservador y que es fiel a los postulados de Leandro N. Alem, opta ante la polaridad que se ha dado entre Alfonsín y Cobos, por el hijo del ex presidente, que de esta manera se despega de su rival más inmediato para pelear por la candidatura presidencial del centenario partido, y poniéndole más presión al mendocino para que se decida si entra de lleno a la interna partidaria, renunciando de esa manera al cargo que ocupa actualmente.
Un panorama complicado el que se le presenta a Julio Cobos en sus ambiciones presidencialistas, con números cada vez más bajos en los sondeos y con colaboradores que sienten que cada día se acerca más la posibilidad de bajarse de la candidatura presidencial para pasar a pelear la gobernación mendocina, lo que debilitaría aún más las chances que tiene el vicepresidente de acercar posiciones con el electorado independiente.
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