13/12/09

PROVINCIA - POR QUE STORNELLI NO SE VA ?

Las razones ocultas de la supervivencia de Stornelli en el gabinete de Scioli

El ministro de Seguridad bonaerense, pese a encabezar el área más cuestionada, zafó de los movimientos de gabinete que hizo Daniel Scioli, quien le guarda un respeto sepulcral. Las relaciones que mantiene con la justicia federal y el íntimo vínculo que fuerza que conduce. El fallido ofrecimiento a Santiago Montoya y el rol de Mario Montoto. "Stornelli ya es un policía bonaerense", afirmaron resignados desde el Ejecutivo.

Extrañamente, la sucesión de delitos que azota al Gobierno bonaerense no provocaron la partida del Ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, ni siquiera en épocas de cambios de Gabinete. Ni los reiterados asesinatos del conurbano, ni la tardanza en hallar a la familia Pomar lo eyectaron de su cargo, y el costo debieron pagarlo jefes policiales menores. Fuentes bonaerenses consultadas aseguran que su resistencia se basa en dos pilares: su cargo de fiscal federal, del que sólo se tomó licencia; y su cercana relación con la policía bonaerense, que influye a sobremanera sobre su accionar. Sólo una vez Scioli se decidió a buscarle un reemplazante, pero tampoco tuvo éxito en ese intento. Fue cuando se reencontró con Santiago Montoya en su oficina porteña del Banco Provincia.

El ex recaudador pasó el examen de ese entrevista pero no salió airoso de la siguiente, que no fue con Scioli sino con Mario Montono, el empresario con peso fuerte en las licitaciones del Ministerio de Seguridad, y principal proveedor de chalecos antibalas y cámaras de seguridad de esa cartera. Montoya no quedó para nada conforme con el papel que Montoto tiene sobre el Ministerio, desistió del ofrecimiento, y después cometió un pecado para el universo sciolista: filtró lo sucedido en varios diarios. Esa osadía debilitó las ansias de Scioli por repatriarlo.

Nunca más el Gobernador se permitió pensar en echar a Stornelli, a quien le expresa un respeto que roza el temor. Lo que más lo inquieta es la represalia que el ministro podría tomar ante una salida poco elegante, si a su partida le sigue el final de su licencia como fiscal federal, un fuero donde recaen la mayoría de las causas que investigan a los políticos.

La frialdad de Stornelli para condenar a sus ex padrinos políticos tiene un antecedente de peso: fue él quien en 2001 llevó adelante la investigación que tomó el juez Jorge Urso para condenar a prisión a Carlos Menem. Difícil garantizar que no actúe igual con un dirigente que lo haya maltratado.

Cuando se ve en apuros, Stornelli hace gala de su poder, e invita a su despacho -por ejemplo- al juez federal Rodolfo Canicoba Corral, uno de sus tantos amigos que le dejó la justicia. Con esa afinidad, exhibe su poder de daño. Esta semana, Stornelli comprobó una vez más que esas intimidaciones tienen un resultado fructífero. Ni el papelón que significó haber admitido que la familia Pomar estuvo 24 días desparramada a la vera de ruta sin que los rastrillajes policiales la interceptaran pudo moverlo de su cargo. Ese suceso sí les sirvió a varios funcionarios para comprobar una vez más la cercana relación que el ministro tiene con la fuerza policial. Uno de ellos la definió con una frase fulminante: “Hoy Stornelli es un policía bonaerense”, afirmó.

La lectura que hacen en La Plata es que el Ministro cometió “el pecado” de llevar su vínculo con los efectivos hasta terreno más lejanos que la propia gestión, una comunión que comenzó a condicionarlo. Lo supo, cuentan las fuentes, la noche de día en que puso en la cuerda floja a toda la cúpula policial.

Sugestivamente, no fue él quien anunció esa medida, ni tampoco la expulsión de los tres policías que pagaron por la negligente búsqueda de los Pomar: el jefe de la Departamental de Pergamino, comisario mayor Roberto Gabín; el titular de la Delegación Departamental de Investigaciones de ese distrito, Julio Argentino Golpe, y el del Destacamento Vial de San Andrés de Giles, Carlos Marano. La ingrata tarea recayó en su segundo, Paul Starc, y el jefe de la policía Juan Carlos Paggi, y los superintendentes Antonio Torreira, de Investigaciones, y Ernesto Giménez, de Seguridad Vial. Estos dos últimos fueron parte de la quincena de superintendentes a los que Stornelli puso en disponibilidad, pero, para sorpresa de muchos, no echó.

Lejos quedó de recibir castigos: hoy Scioli adelantó que seguirán las bajas en el Ministerio de Seguridad, pero confirmó al titular de la cartera. Así lo informó él al día siguiente, cuando volvió a enfrentar las cámaras. Al parecer, su relación con la policía no condice con acciones que afecten el statu quo de la fuerza.

Sólo resta recordar sus propuestas ante cada ola de inseguridad, todas tendientes a reforzar el poder de la policía. El cambio del Código Contravencional es el mejor ejemplo de esa conducta. Y no seria el último
Fuente: La Pólitica On Line

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La ola de inseguridad comenzó como réplica a la propuesta del Código Contravencional, que lejos de aumentar el poder de la policía, significa GARANTIZAR a los ciudadanos una vida un poco más segura.
Si dejáramos de repetir la palabra "represión" y nos quitáramos las anteojeras, podríamos analizar que es NECESARIO legislar sobre las conductas que ese nuevo código considera PUNIBLES: Ej: utilizar menores para cometer delitos, entregarles armas de fuego, no mandarlos a la escuela, o amedrentar a transeuntes, etc, etc. Y EN TODAS DEBE INTERVENIR UN JUEZ DE PAZ, no la policía.
Tampoco puede hacerse cargo a Stornelli del estado en el que recibió el Min. de Seguridad: sin patrulleros, sin armas reglamentarias, sin chalecos antibalas, con poco personal, sin escuela de policía ( hubo que volver a la vieja escuela y no al cursito de 6 meses instaurado por el nefasto Arslanián ).
Evitar el abuso policial no pasa por quitarle a la policía todo poder, sino por encarcelar y juzgar severamente a aquellos que lo cometen. Nadie en su sano juicio puede querer efectivos basureados por cualquier delincuente, ni policías asesinados porque son sancionados cada vez que utilizan sus armas en defensa propia y/o de terceros.
Somos los ciudadanos comunes y respetuosos de la ley los que merecemos la total protección del estado y a ello tiende Stornelli con los pocos elementos que cuenta.
Si comparamos la cantidad de "detenidos" por la policía con la cantidad de liberados por la Justicia ( morigerados, excarcelados, prófugos, eximidos de prisión, con pulserita, con caución juratoria, notificados del 161, etc, etc, ) veremos que cada delincuente ha sido detenido muchísimas veces antes que la Justicia finalmente lo encarcele.
Es entonces que no tenemos un problema de "seguridad" pues el sujeto fue aprendido sino que tenemos un problema de "impunidad" por el mismo sujeto fue liberado una y otra vez para que siga delinquiendo.
Entre otras cosas Stornelli ha ordenado "judicializar" todas las denuncias realizadas en sede policial ( que sigue sin ser debidamente cumplida por ciertos comisarios ), al contrario de Arslanian que tenía una escala a ojímetro para desechar muchísimas de ellas.
Creo que Stornelli está haciendo muy bien su trabajo, remontando viejas falencias de sujetos como Arslanian que verdaderamente destruyó la "seguridad" en la Provincia. Todavía padecemos las consecuencias de erróneas políticas de derechos humanos que son sólo utilizadas para garantizar IMPUNIDAD y mayor inseguridad para la víctima.
Son necesarios muchos cambios y Stornelli está tratando de encararlos. Sería demencial creer que alguien como Santiago Montoya podría ser mejor.

Anónimo dijo...

La ola de inseguridad comenzó como réplica a la propuesta del Código Contravencional, que lejos de aumentar el poder de la policía, significa GARANTIZAR a los ciudadanos una vida un poco más segura.
Si dejáramos de repetir la palabra "represión" y nos quitáramos las anteojeras, podríamos analizar que es NECESARIO legislar sobre las conductas que ese nuevo código considera PUNIBLES: Ej: utilizar menores para cometer delitos, entregarles armas de fuego, no mandarlos a la escuela, o amedrentar a transeuntes, etc, etc. Y EN TODAS DEBE INTERVENIR UN JUEZ DE PAZ, no la policía.
Tampoco puede hacerse cargo a Stornelli del estado en el que recibió el Min. de Seguridad: sin patrulleros, sin armas reglamentarias, sin chalecos antibalas, con poco personal, sin escuela de policía ( hubo que volver a la vieja escuela y no al cursito de 6 meses instaurado por el nefasto Arslanián ).
Evitar el abuso policial no pasa por quitarle a la policía todo poder, sino por encarcelar y juzgar severamente a aquellos que lo cometen. Nadie en su sano juicio puede querer efectivos basureados por cualquier delincuente, ni policías asesinados porque son sancionados cada vez que utilizan sus armas en defensa propia y/o de terceros.
Somos los ciudadanos comunes y respetuosos de la ley los que merecemos la total protección del estado y a ello tiende Stornelli con los pocos elementos que cuenta.
Si comparamos la cantidad de "detenidos" por la policía con la cantidad de liberados por la Justicia ( morigerados, excarcelados, prófugos, eximidos de prisión, con pulserita, con caución juratoria, notificados del 161, etc, etc, ) veremos que cada delincuente ha sido detenido muchísimas veces antes que la Justicia finalmente lo encarcele.
Es entonces que no tenemos un problema de "seguridad" pues el sujeto fue aprendido sino que tenemos un problema de "impunidad" por el mismo sujeto fue liberado una y otra vez para que siga delinquiendo.
Entre otras cosas Stornelli ha ordenado "judicializar" todas las denuncias realizadas en sede policial ( que sigue sin ser debidamente cumplida por ciertos comisarios ), al contrario de Arslanian que tenía una escala a ojímetro para desechar muchísimas de ellas.
Creo que Stornelli está haciendo muy bien su trabajo, remontando viejas falencias de sujetos como Arslanian que verdaderamente destruyó la "seguridad" en la Provincia. Todavía padecemos las consecuencias de erróneas políticas de derechos humanos que son sólo utilizadas para garantizar IMPUNIDAD y mayor inseguridad para la víctima.
Son necesarios muchos cambios y Stornelli está tratando de encararlos. Sería demencial creer que alguien como Santiago Montoya podría ser mejor.

Anónimo dijo...

este artículo es desinformacion absoluta!!! Nada que ver, lo que hicieron Stornelli y Urso, fue "blindar" judicialmente a Menen, para que no fuese investigado como debía. Por otro lado, de donde sacaban la guita los Scioli -en motonautica-, Tinelli -en la tele- y cuantos y tantos mas....del blanqueo de la gigantesca corrupción política que las privatizaciones, las armas y otros "negocios" generaban en ese momento. Stornelli, Urso, Canicoba, Bonadío son lo mismo y socios en muchas "trampas" judiciales que se montaron con esmero para hacer safar a todos. Con Scioli se conocen desde hace mucho...casi 20 años...y por lo visto nada cambiará.