Panorama político bonaerense
ULTIMAS ENCUESTAS - Asoma el fantasma de lo previsible
ULTIMAS ENCUESTAS - Asoma el fantasma de lo previsible
La enorme brecha y la imagen de los resultados de elecciones primarias alimentan una sensación de hecho consumado.
Las últimas encuestas de intención de voto dan cuenta que poco y nada se ha acercado la oposición a un Daniel Scioli cada vez más apuntalado por encuestas que han ensanchado la brecha con sus competidores, en especial con Francisco De Narváez.
Tanto las consultoras Julio Aurelio como Poliarquía coinciden en otorgar un 52 por ciento de la adhesión de los bonaerenses a Scioli, creciendo cinco puntos respecto de su votación obtenida en las primarias de agosto.
Si bien se ha señalado, en más de una ocasión, que los sondeos no revisten la única variable para construir el pronóstico, la enorme brecha y la imagen de los resultados de elecciones primarias de reciente realización, alimentan una sensación de hecho consumado.
En tanto, Francisco De Narváez se mantiene en una situación un tanto inelástica del 16 por ciento con crecimiento "cero" respecto de la citada compulsa electoral.
Poco y nada ha servido hasta el momento sus maniobras de ingeniería electoral de adoptar como candidato a presidente alterno a Alberto Rodríguez Saa, ni el residual de seis o siete puntos que cede el candidato del peronismo disidente al bajar o aceptar el retiro de la postulación de su hermano Adolfo para la Provincia.
A esta altura, tras varios días de campaña y de acuerdos, debiera notarse algún crecimiento en De Narváez que, sin embargo, resulta esquivo a menos de 20 días de los comicios. El poderoso empresario intenta todas las variantes, incluso la de tratar de personalizar aún más su campaña y concentrar más la visión de voto útil opositor. "Si quieren cambiar, ahora es el momento", parece ser el slogan que dominará su propuesta hasta el 23 de octubre.
En otro orden de cosas, lo notable también ocurre con la baja en la intención de voto de otros candidatos que prometían dar batalla, tanto desde un kirchnerismo alternativo como desde la oposición en general.
El neokirhnerista Sabattela de acuerdo con estos sondeos, baja al 3 por ciento; Eduardo Amadeo, del duhaldismo, curiosamente retiene bastante de su 8 por ciento y Margarita no logra perforar el techo del 7 por ciento, con lo cual se mantiene la atomización en el sector opositor.
Salvo Sabattella, que parece ser el que más perdió en convocatoria, los demás retienen cerca del 80 por ciento de la intención de voto. Esto quiere decir que ya parece haber un límite a la intención de corte de boleta. Pero también parece ser que hay en sus votantes un fuerte deseo de convertir a sus candidatos en portadores de voto útil, peleándole esa condición a De Narváez.
Con respecto al candidato oficialista, los analistas de opinión pública detectaron como novedad que este 52 por ciento de Scioli tiene mucho que ver con un crecimiento de algunos puntos en el interior, donde se juega la opinión de un tercio del padrón general y donde solía ser muy fuerte el radicalismo.
Además de haberse disipado el famoso efecto campo, se tiene muy en cuenta el efecto positivo que ha tenido una serie de actos oficiales y de desembarcos de funcionarios nacionales como el titular de Hacienda, Amado Boudou.
Pero también hay un trabajo de hormiga que se consigna desde el oficialismo por el cual hubo una suerte de descentralización del estado nacional en distintos distritos del interior donde antes sólo había incertidumbre. Es el caso de la creación de delegaciones de Anses y Pami, por citar algunos ejemplos.
Por otra parte, los partidos de la oposición quieren aprovechar un sector específico o nicho en el electorado que fue el famoso "voto bronca" de antaño.
Se apunta al voto en blanco y el nulo, es decir a la acción deliberada de quienes no se sienten representados. Muchas opciones opositoras apuntarán, con un cambio de táctica electoral, a reencausar a los díscolos.
Las estadísticas indican que en las elecciones primarias se registró algo más de un millón de votos en blanco para todo el país.
Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires hubo 553.136 votos en blanco, con lo que se alcanzó a un porcentaje cercano al 11 por ciento y se superó ampliamente el promedio nacional de aproximadamente un 6 por ciento. Pero también en territorio bonaerense se registró el 50 por ciento del voto en blanco del país.
A esto hay que sumarle, al menos, unos 25 puntos porcentuales de votos "no positivos", si se contemplan a los votos nulos, recurridos y el ausentismo. En ese sentido, los opositores calculan que aún tienen una suerte de mercado electoral valioso sobre el cual podrían trabajar para recuperarse e ir, al menos, por el fortalecimiento de los pisos electorales que les garanticen bancas en distintos Concejos Deliberantes y en la Legislatura.
Quienes conocen el paño señalan que el voto "negativo" tiene mucho de antisistema y con cierto componente pro anárquico. La tarea de atraerá esos electores es tan difícil como que también es la última posibilidad para aprovechar al máximo.
Parece algo por demás complicado. Pero también hay que señalar que algunos partidos políticos y frentes piensan que nada tienen para perder, dado que algunos han obtenido resultados para el olvido.
La incertidumbre pasa por saber si habrá algún efecto en las últimas encuestas con esta nueva estrategia. La otra, claro está y que persiste es la idea del voto para controlar a Cristina. Esto es cortando a nivel de legisladores nacionales.
Las cartas ya están puestas sobre la mesa, y el resultado del juego, aunque parezca previsible, aún brinda esperanzas para quienes pretenden quedar mejor posicionados en los comicios generales.
Las últimas encuestas de intención de voto dan cuenta que poco y nada se ha acercado la oposición a un Daniel Scioli cada vez más apuntalado por encuestas que han ensanchado la brecha con sus competidores, en especial con Francisco De Narváez.
Tanto las consultoras Julio Aurelio como Poliarquía coinciden en otorgar un 52 por ciento de la adhesión de los bonaerenses a Scioli, creciendo cinco puntos respecto de su votación obtenida en las primarias de agosto.
Si bien se ha señalado, en más de una ocasión, que los sondeos no revisten la única variable para construir el pronóstico, la enorme brecha y la imagen de los resultados de elecciones primarias de reciente realización, alimentan una sensación de hecho consumado.
En tanto, Francisco De Narváez se mantiene en una situación un tanto inelástica del 16 por ciento con crecimiento "cero" respecto de la citada compulsa electoral.
Poco y nada ha servido hasta el momento sus maniobras de ingeniería electoral de adoptar como candidato a presidente alterno a Alberto Rodríguez Saa, ni el residual de seis o siete puntos que cede el candidato del peronismo disidente al bajar o aceptar el retiro de la postulación de su hermano Adolfo para la Provincia.
A esta altura, tras varios días de campaña y de acuerdos, debiera notarse algún crecimiento en De Narváez que, sin embargo, resulta esquivo a menos de 20 días de los comicios. El poderoso empresario intenta todas las variantes, incluso la de tratar de personalizar aún más su campaña y concentrar más la visión de voto útil opositor. "Si quieren cambiar, ahora es el momento", parece ser el slogan que dominará su propuesta hasta el 23 de octubre.
En otro orden de cosas, lo notable también ocurre con la baja en la intención de voto de otros candidatos que prometían dar batalla, tanto desde un kirchnerismo alternativo como desde la oposición en general.
El neokirhnerista Sabattela de acuerdo con estos sondeos, baja al 3 por ciento; Eduardo Amadeo, del duhaldismo, curiosamente retiene bastante de su 8 por ciento y Margarita no logra perforar el techo del 7 por ciento, con lo cual se mantiene la atomización en el sector opositor.
Salvo Sabattella, que parece ser el que más perdió en convocatoria, los demás retienen cerca del 80 por ciento de la intención de voto. Esto quiere decir que ya parece haber un límite a la intención de corte de boleta. Pero también parece ser que hay en sus votantes un fuerte deseo de convertir a sus candidatos en portadores de voto útil, peleándole esa condición a De Narváez.
Con respecto al candidato oficialista, los analistas de opinión pública detectaron como novedad que este 52 por ciento de Scioli tiene mucho que ver con un crecimiento de algunos puntos en el interior, donde se juega la opinión de un tercio del padrón general y donde solía ser muy fuerte el radicalismo.
Además de haberse disipado el famoso efecto campo, se tiene muy en cuenta el efecto positivo que ha tenido una serie de actos oficiales y de desembarcos de funcionarios nacionales como el titular de Hacienda, Amado Boudou.
Pero también hay un trabajo de hormiga que se consigna desde el oficialismo por el cual hubo una suerte de descentralización del estado nacional en distintos distritos del interior donde antes sólo había incertidumbre. Es el caso de la creación de delegaciones de Anses y Pami, por citar algunos ejemplos.
Por otra parte, los partidos de la oposición quieren aprovechar un sector específico o nicho en el electorado que fue el famoso "voto bronca" de antaño.
Se apunta al voto en blanco y el nulo, es decir a la acción deliberada de quienes no se sienten representados. Muchas opciones opositoras apuntarán, con un cambio de táctica electoral, a reencausar a los díscolos.
Las estadísticas indican que en las elecciones primarias se registró algo más de un millón de votos en blanco para todo el país.
Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires hubo 553.136 votos en blanco, con lo que se alcanzó a un porcentaje cercano al 11 por ciento y se superó ampliamente el promedio nacional de aproximadamente un 6 por ciento. Pero también en territorio bonaerense se registró el 50 por ciento del voto en blanco del país.
A esto hay que sumarle, al menos, unos 25 puntos porcentuales de votos "no positivos", si se contemplan a los votos nulos, recurridos y el ausentismo. En ese sentido, los opositores calculan que aún tienen una suerte de mercado electoral valioso sobre el cual podrían trabajar para recuperarse e ir, al menos, por el fortalecimiento de los pisos electorales que les garanticen bancas en distintos Concejos Deliberantes y en la Legislatura.
Quienes conocen el paño señalan que el voto "negativo" tiene mucho de antisistema y con cierto componente pro anárquico. La tarea de atraerá esos electores es tan difícil como que también es la última posibilidad para aprovechar al máximo.
Parece algo por demás complicado. Pero también hay que señalar que algunos partidos políticos y frentes piensan que nada tienen para perder, dado que algunos han obtenido resultados para el olvido.
La incertidumbre pasa por saber si habrá algún efecto en las últimas encuestas con esta nueva estrategia. La otra, claro está y que persiste es la idea del voto para controlar a Cristina. Esto es cortando a nivel de legisladores nacionales.
Las cartas ya están puestas sobre la mesa, y el resultado del juego, aunque parezca previsible, aún brinda esperanzas para quienes pretenden quedar mejor posicionados en los comicios generales.
Fuente: Agencia Nova
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